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Entrevista

"El Puerto de La Luz es líder en acercar a África necesidades de primer orden"

"Durante la posguerra, la mujer demostró que en los puertos es igual o más eficaz que el hombre", manifiesta María Teresa Fernández de la Vega, presidenta de la Fundación Mujeres por África

María Teresa Fernández de la Vega, ayer, en Casa África. YAIZA SOCORRO

¿Cuál es la situación actual de la mujer africana en los puertos?

En estos momentos tienen una posición de muchísima conciencia de la importancia que tienen los puertos como sector estratégico, no solo de presente sino de futuro. Y, por tanto, yo creo que tienen una posición de buen análisis de cuál es la situación y una posición de salida buena. Eso no significa que no haya un gran trabajo que hacer para que, efectivamente, las mujeres ocupen las plazas que dentro de los puertos les corresponden. Pero el movimiento asociativo de las mujeres dentro de los puertos africanos es superpoderoso, superpotente.

¿En qué sentido?

Ellas son muy conscientes de que este es un ámbito clave en el comercio y en la economía mundial. Es un sector que está produciendo y va a seguir produciendo la generación de muchísimo empleo, de mucho valor añadido y, por tanto, que aborda no solo la parte que tiene que ver con el transporte, el comercio y la rentabilidad económica que desde el sector se aporta, sino también otros ámbitos de generación de cohesión y de ayuda a mejorar y eliminar toda la violencia que se ejerce contra las mujeres, porque los puertos son un lugar de trata de seres humanos. Así pues, el papel que las mujeres pueden hacer desde la presencia, el asesoramiento, el tratamiento y el control de la seguridad y de los espacios de acogida de los puertos es muy importante, porque eso sí que no está, en absoluto, desarrollado.

Usted comenta que lo que tienen que aportar es, precisamente, la actual visión holística con la que funcionan en esos países. ¿De qué manera puede ayudar eso en los puertos exactamente?

Primero, la capacidad de tener un conocimiento de cómo funciona un puerto y de la importancia que tienen en ese puerto no solamente los temas económicos. Porque las mujeres somos muy pragmáticas, y tenemos una capacidad para resolver problemas muy grande, y saber que con esa visión holística que tenemos hay que unir e interrelacionar lo económico, lo comercial, con lo humanista, con los derechos, con las libertades... Que el puerto sea un lugar de acogida. Eso es lo que podemos aportar las mujeres. Nosotras somos componedoras de relaciones diferentes, de conflictos, de paz. Somos portadoras de entendimiento. Y eso, en una infraestructura tan importante como esta, yo creo que nadie mejor lo puede hacer que mujeres que estén formadas, capacitadas y especializadas.

¿Se observa, paralelamente al desarrollo de los puertos africanos, una paulatina introducción de la mujer en ellos?

La mujer se está incorporando con muchas dificultades, porque no nos lo facilita nadie, sino que lo logramos a través de la autoconciencia y el esfuerzo y de los movimientos de mujeres, algo que en África está muy desarrollado. Para ello no solo hay que exigir, sino que convencer y ofrecer alternativas, modos de actuar que se demuestra que son mejores. Eso es el trabajo que están haciendo ellas, que es muy importante. Va a costar, pero yo creo que el camino está, al menos, abierto; hay que hacer más grande la senda para que quepa más. Y al ser más, las cosas van a funcionar mejor.

Y visibilizar el trabajo a través, entre otras cosas, de jornadas como estas, ¿no?

Es muy importante. Porque es un sector muy desconocido. El puerto tiene una imagen muy masculina, y siempre que se habla de los trabajadores portuarios se habla de hombres, cuando en realidad ya hay de todo, tanto mujeres como hombres. Hay que feminizar, y esa administración conlleva una participación que aporta un valor añadido de una gran importancia.

Comenta también que a lo largo de la historia se ha invisibilizado el papel de la mujer en los puertos. ¿Podría poner algún ejemplo?

Las mujeres hemos estado en todos los ámbitos de la vida. Pero que hayamos estado no significa que se nos haya visibilizado. Y también se ha invisibilizado cuando no estábamos. Hay que visibilizar tanto las aportaciones como las carencias. Pero a lo largo de la historia hemos tenido escritoras, científicas, políticas, periodistas... Esas historias están poco contadas. En los puertos se produjo una incorporación importante de mano de obra femenina al mercado laboral durante las posguerras, y se puso de manifiesto que eran igual o más eficaces de lo que lo eran los hombres.

¿Cómo valora la solidaridad de los puertos españoles, y en concreto el de La Luz, con África?

El Puerto de Las Palmas tiene desarrollada una parte importante que va más allá de lo económico. Es la sede del Programa Mundial de Alimentos, y por tanto eso le da una visibilidad en África al Puerto de Las Palmas complementaria de la parte económica. Se llevan cosas que mejoran la vida de la gente que está en una situación extrema. Y contribuyen a combatir la pobreza y la falta de alimentos. Y es que los puertos son grandes plataformas para albergar programas dedicados al tema de la acogida no solo de bienes materiales y de alimentos, sino también de personas.

Como con los refugiados, donde la mujer puede tener un papel clave, ¿no?

La mujer siempre tiene un papel muy importante en todo, pero de manera de particular hemos demostrado que sabemos hacer muy bien muchas cosas: sabemos escuchar, somos las grandes cuidadoras de la historia... Pero, además, hemos demostrado que somos grandes comunicadoras y que somos muy aptas para las tecnologías.

¿Qué retos tienen por delante los puertos africanos en lo que a la mujer respecta?

El puerto es un espacio que no se ha feminizado. Hay ya mujeres, pero ocupan los puestos de la escala inferior. Y lo que queremos es que la mujer participe en los puestos de toda la escala. Porque tienen capacidad para dirigir, para ordenar el tráfico, para hacer que las cosas fluyan y para saber sustituir lo que hay que sustituir con tecnología. Porque hay cosas que se pueden hacer con máquinas, pero sin olvidar la faceta insustituible que es la de la escucha, la del entendimiento y la de lograr que una organización se mueva de la forma más eficaz y competitiva. Esa capacidad la tenemos.

¿Acabaremos cegados por las máquinas y al final la mujer, en este caso, no tendrá el papel que debería?

No, porque no vamos a permitir que eso ocurra. Estamos aquí para eso. Trabajamos por un mundo mejor en el que esté integrada y participe en plenitud la mitad de la ciudadanía. No podemos permitir que se desperdicie el talento de la mitad de la ciudadanía, porque entonces sí que iríamos mal.

Ese es el objetivo principal de la Fundación Mujeres por África, ¿no?

El objetivo es la igualdad. Un mundo mejor en el que las mujeres sean ciudadanas de pleno derecho, sobre todo las mujeres africanas. Y contribuir, precisamente a través de las mujeres africanas, al desarrollo de un continente que emerge y que tiene una posición geoestratégica en el mundo muy importante, y particularmente para nuestro país. España es la puerta y el puente entre África y el resto del mundo. Que África prospere es muy importante, porque si a África le va bien, a España también le irá bien.

¿Qué opinión le merece, en este sentido, el proyecto que tiene La Luz de distribuir grano de Sudamérica en África?

Es uno de los proyectos que tiene el Puerto de Las Palmas en esta función en la que es líder en lo que se refiere a aproximar a África necesidades de primer orden. Llevar grano a África es contribuir a la seguridad alimentaria, a salvar vidas. Lo hemos visto cuando ha habido una crisis como la del ébola, donde el Puerto de Las Palmas ha sido clave también para transportar y hacer llegar recursos. Cuando estuve en el Gobierno trabajé mucho por que el Puerto de Las Palmas fuese la sede del Programa Mundial de Alimentos, y por tanto me siento muy orgullosa de ese trabajo que se hace y que además se hace bien. Hay una gran sensibilidad en el sentido de saber que todo eso solo se puede hacer bien desde la igualdad, y por eso siempre ha tenido una buena relación con las asociaciones de mujeres de los puertos de África, porque sabe que son sus mejores interlocutoras

¿Considera necesaria una modernización del sector?

Todos los sectores, sobre todo los estratégicos, tienen que hacer frente a la revolución tecnológica, a la digitalización. Es la gran apuesta de todas las empresas, desde el sector financiero hasta el logístico. Y este sector de manera particular, porque este es un espacio que abarca un conglomerado de actividades comerciales y económicas, además de logísticas y humanitarias.

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