El presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, respalda la instalación del depósito de gas licuado que la Autoridad Portuaria de Las Palmas pretende instalar en el muelle de La Esfinge para abastecer a los barcos que ya usan este tipo de combustible, menos contaminante que los derivados del petróleo, pero sigue firme en su oposición a instalar una regasificadora en la Isla como la que se va a construir en el puerto de Granadilla de Abona (Tenerife) porque frenaría la implantación de las energías verdes.
El máximo responsable de la institución insular indicó ayer a los medios que sería "normal" que un puerto como el de Las Palmas cuente con una planta de estas características para abastecer a los cruceros y a los ferrys, principales embarcaciones que utili-zan actualmente este tipo de gas, igual que dispone de almacenes para el fuel.
La consejería insular de Medio Ambiente, por su parte, no quiso opinar sobre la repercusión de esta construcción de gas para la Isla por entender también que se trata de un depósito de aprovisionamiento.
Fuentes del Ayuntamiento advirtieron, sin embargo, que estarán vigilantes a que no se ubique ninguna industria contaminante en la ciudad que pueda perjudicar la salud de los vecinos. Y se negaron a hacer una valoración al respec- to dado que en las oficinas muni-cipales no había entrado ningún proyecto ni se había hecho ninguna petición de licencia, aunque conocían por boca del presidente de la Autoridad Portuaria, Luis Ibarra, la intención de instalar un alma-cén de gas.
El presidente de la Autoridad Portuaria anunció públicamente la semana pasada, en varias comparecencias a los medios para exponer el viaje de una delegación de La Luz a Uruguay, que La Luz estudia la instalación de un almacén de gas licuado para no quedarse atrás como principal puerto en el Atlántico Medio tras la reconversión energética a la que está obligando la Unión Europea para rebajar el daño que está provocando en la salud humana los buques que utilizan combustibles fósiles.
Exigencias de la UE
Dicha exigencia está forzando a los puertos de todo el mundo a reconvertirse. Algunos han optado por los almacenes de gas licuado en sus recintos, mientras que otros han escogido abrir una regasificadora. Plantas industriales que pueden transformar el hidrocarburo que llega licuado tras un proceso de enfriamiento (-160ºC) desde los yacimientos a su estado original gaseoso. De este modo, amplían su capacidad de suministro no solo a los barcos sino también a cualquier otro tipo de industria e incluso al uso doméstico.
Morales, que se ha mostrado siempre un firme defensor de las energías renovables en Gran Canaria y se ha opuesto a la instalación de una regasificadora en Arinaga, comparó los depósitos de gas que pretende construir el Puerto con los que existen actualmente para almacenar combustible e insistió en que para proveer de energía a los cruceros y a los ferrys no hace falta una regasificadora .
En este sentido, Morales matizó que un depósito y una regasificadora son dos cosas "absolutamente distintas". Y explicó que una regasificadora serviría para surtir también de gas a las familias, a las industrias o para generación de energía, algo a lo que se opone el Cabildo. "A eso le decimos que no. En absoluto. Eso no lo vamos a permitir nunca", puntualizó.
El presidente de la institución insular recordó que una planta de gas supondría un freno a la penetración de las energías renovables en la Isla. Algo por lo que siempre ha apostado Morales, incluso desde antes de llegar al Cabildo siendo alcalde del municipio sureño de Arinaga.
En su opinión, una regasifica-dora supondría un desembolsó multimillonario cuya inversión no podría amortizarse tan rápidamente como se espera. Lo que, con el tiempo, llevaría además a que no se implanten las llama- das energías verdes -eólica, solar, hidráulica, marina, biomasa- en Gran Canaria.
Morales basa su afirmación en que las directivas europeas que se han dado al respecto sobre la reconversión energética en los buques que hoy circulan en los océanos es una cuestión a largo plazo. "Hay una directiva europea que dice que para las próximas décadas los barcos, sobre todo cruceros y ferrys, deberían tener como combustible el gas. Estamos hablando de futuro. Habría que adaptar los motores y hay que fabricar nuevos motores para los barcos, lo que va a tardar muchísimo", puntualizó.
Proyecto
La instalación de un depósito de gas en el Puerto está aún en pañales. El Puerto encargará próximamente a una empresa a que estudie su viabilidad. No solo desde el punto de vista económico, de las dimensiones del tanque y de los metros de tubería necesarios, así como personal; entre otros costes, sino también de su mejor ubicación para respetar todas las medidas de seguridad y para que puedan entrar buques de todo tipo. La opción que baraja el Puerto es colocar el tanque en el muelle de La Esfinge tras el espigón del Reina Sofía, por donde los barcos se abastecerían.
