Una colaboración más estrecha entre la Administración Pública y las organizaciones sin ánimo de lucro que trabajan en el Tercer Sector para lograr una sociedad más justa. Fue el mensaje que se lanzó anoche durante la velada que organizó Cruz Roja Canarias para otorgar sus premios anuales a las personas, colectivos e instituciones que han cooperado con la institución, con más de 150 años de historia. Un acto, que se celebró en el Paraninfo de la Universidad, y al que asistió, entre otros representantes de la sociedad civil y militar de la Isla, el propio presidente de la entidad, Javier Senent García. Más de 20 personas y entidades recibieron galardón; dos de ellos fueron a título póstumo.

En este sentido, el comisionado de Inclusión Social y Lucha contra la Pobreza del Gobierno de Canarias, Néstor Hernández, anunció durante su discurso que ya se ha dado el visto bueno al borrador de la nueva Ley de Servicios Sociales que regula el trabajo y papel de estas instituciones -la actual lleva más de 30 años- y que el lunes irá al Consejo de Gobierno.

"La colaboración público-privada es un elemento esencial para paliar los problemas sociales que hay en la sociedad, y la labor que hacen las organizaciones debe estar reconocida por ley", dijo el comisionado, quien recalcó que en la nueva ley, en la que Cruz Roja Canarias ha hecho aportaciones, hay un reconocimiento expreso a la fórmula del "concierto" para trabajar conjuntamente.

Hernández comentó, no obstante, que ya hay disposiciones legales que facilitan ese camino como son las directrices aprobadas el pasado mes de agosto en el que los jefes de contratación de la administración pública pueden reservar contratos para el Tercer Sector y para empresas que colaboren en la reinserción social, aunque aún falta que se adapten los pliegos de contratación.

El consejero de Gobierno de Hacienda y Presidencia del Cabildo insular, Juan Lorenzo Campos Pineda, admitió que la Administración Pública reconoce la labor que hacen organizaciones como Cruz Roja, pero que a la hora de darles apoyo económico "nos quedamos racanos". Y animó a las entidades sin ánimo de lucro "a ponernos en nuestro sitio y hacernos cambiar de posición si necesitan más medios y más apoyo".

"El Gobierno del Cabildo tiene claro que las ayudas sociales son un déficit. Hay que buscar el reequilibrio social", dijo, mientras puntualizó que esa equidad entre los ciudadanos es responsabilidad de la Administración Pública y también de la sociedad.

"No vamos a cargar en ustedes nuestra responsabilidad y a descargar la nuestra", añadió, mientras que animó a ir "juntos de la mano", pero cada uno haciendo su tarea.

El presidente de Cruz Roja Nacional, Javier Senent García,- que fue el último en intervenir tras los discursos de la concejala de Servicios Públicos, Fomento y Carnaval del Ayuntamiento capitalino, Inmaculada Medina; el subdelegado de Gobierno en Canarias, Luis Molina, el presidente regional de Cruz Roja, Gerardo Mesa, y el comisionado y el consejero insular, agradeció a los políticos presentes que por fin "hubieran entrado en materia" y estuvieran actualmente legislativamente para resolver las situaciones actuales de pobreza, exclusión y emergencia social,

"Necesitamos que los ciudadanos y las administraciones se sientan vinculadas a nuestro trabajo. En Canarias se ha conseguido con creces", remarcó.

Senent señaló también la importancia de que sigan incorporándose voluntarios para trabajar porque "los problemas fuera y dentro de nuestra sociedad no cesan" y que para seguir construyendo un mundo más equitativo hay que seguir "sumando voluntades".

Voluntarios

En la actualidad, Cruz Roja en Canarias cuenta con 5.000 voluntarios y más de 10.000 personas disponibles para actuar en cualquier situación de emergencia. Unas 60.000 ciudadanos y 700 empresas colaboran económicamente con la entidad social.

Uno de estos socios es la pequeña Laura Suárez García, que con apenas cuatro años de edad, ya contribuye al sostenimiento de la entidad con su cuota anual. Anoche se le otorgó uno de los diplomas de honor por su colaboración.

La menor, que fue una de las primeras premiadas tras la entrega de las medallas de Oro del Día de la Banderita, protagonizó una de las anécdotas de la noche al no querer salir al escenario a recibir el diploma de manos del subdelegado de Gobierno en Canarias, Luis Molina.

Laura, que iba acompañada de un familiar, se avergonzó ante un salón de actos lleno de público y los flashes de los fotógrafos. Finalmente, Molina y el familiar consiguieron a regañadientes que posara ante las cámaras solo por unos instantes.

La segunda anécdota de la noche fue durante la entrega de la medalla de bronce a Sergio Peñate Ramírez. Al hombre se le cayó la medalla nada más comenzar a agradecer el galardón a las autoridades de la mesa presidencial pero se dio cuenta cuando iba a terminar de saludar a toda la fila. La misma se había metido debajo de la mesa.

Ramírez rebuscó y la encontró pero al ponerla sobre la caja volvió a caérsele, lo que provocó las risas de la concurrencia y la ovación por volverla a rescatar del suelo.

El acto, que había comenzado con la entrega de medallas, terminó tras la foto de familia con un mini concierto de un grupo de niños pertenecientes a Barrios Orquestados. Fue tan largo el acto que la pequeña Laura no sabía donde ponerse mientras estaba sentada en la silla en la que la habían ubicado. Se hizo tirabuzones con su largo pelo, se recostó sobre la brazo de la misma y, finalmente, se marchó antes de que acabaran los discursos.