A la cita para elaborar este artículo sólo acude Luis Sánchez (33 años, especializado en Telecomunicaciones). Los otros dos socios de la empresa Subsea Mechatronics, especializada en ingeniería, diseño e I+D y cuya sede se encuentra en el espacio de innovación marina Marine Park Ciudad del Mar de la playa de Las Alcaravaneras, están de viaje alrededor del globo terráqueo para germinar otros proyectos. Son Aaron Martínez (34 años, ingeniero informático) y Darío Sosa (40 años, ingeniero industrial). Estos tres ingenieros formados en las aulas de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria desarrollan junto a un consorcio gallego un nuevo tipo de sensor de captación iónica capaz de localizar minerales a más de 2.000 metros de profundidad. Este es uno de los casos de éxito de esta joven empresa, creada en 2014, que además está involucrada en la construcción de una draga que es capaz de drenar el fondo del mar de forma autónoma.
Sánchez habla primero del proyecto que aún está en fase de predesarrollo: el ROV ( Remote Operated Vehicle - robot submarino no tripulado) que servirá para descubrir minerales en el lecho marino. "Tiene bastante potencial porque es una línea de desarrollo que está fomentando la Unión Europea, que es la minería en mar profundo, la denominada deep sea minning, tanto para su extracción con para la localización de los minerales", explica. Este segundo apartado es en el que se encuentran actualmente inmerso en un consorcio conformado por la compañía viguesa Advanced Crew and Ship Management (ACSM) y Quantum Innovative.
El pequeño submarino, de la marca Cougar, puede sumergirse hasta 2.000 metros de profundidad y cuenta con un brazo robótico. "Por debajo, el robot tiene una carga adicional donde pondremos los sensores iónicos y los actuadores", que se encargarán de buscar los minerales. Uno de los desafíos a los que se enfrentan es adaptarlos para trabajar en un entorno situado a tanta profundidad.
Este proyecto se encuentra aún en fase de desarrollo. "Lleva seis meses, este año empezará la ejecución y el desarrollo; estaremos trabajando hasta finales de 2018", apunta Sánchez. Para ello, el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), entidad dependiente del Ministerio de Economía, les ha concedido al consorcio, a través de lo fondos Feder Innterconnecta, algo más de 630.000 euros.
El otro proyecto ideado es una draga capaz de limpiar el fondo marino de forma autónoma. Esta embarcación ya se encuentra en la última fase de construcción en los astilleros gallegos Nodosa y contempla un presupuesto inicial de aproximadamente 3,5 millones de euros. Al desarrollo de esta idea, denominada E-corydora, se incorporaron después de un proyecto anterior de una un dragado ecologico y sostenible con dicha companía junto con Hercules Control. "Querían mejorar la eficiencia y la automatización". Fue entonces cuando volvieron a contactar con SubSea Mechatronics. Y esta iniciativa ya se encuentra en el ciclo final, por lo que en los próximos años podría iniciarse su comercialización.
En concreto, la embarcación contaría con un robot que se encargaría de limpiar el fondo y que se teledirigiría desde el barco. La maquinaría absorvería el lodo y las piedras existentes en el lecho marino mediante una chupona que lo izaría hasta la embarcación. Entre de sus beneficios con respecto a una draga tradicional estaría su capacidad de llegar a todos los espacios y la eficiencia con la que la maquinaria retiraría los sedimentos de una forma más ordenada que una draga tradicional ya que se establecería las zonas de paso.
Además, como recalca Luis Sánchez, reduciría el impacto ambiental porque se reduciría la turbidez de las aguas. En el consorcio para llevar adelante esta estructura también participan el Centro de Investigaciones Submarinas y cuenta con el apoyo del Grupo de Procesado de Imagen y Realidad Virtual de Vigo, el Centro de Ingeniería Mecánica y Automoción (CIMA) y el Centro Tecnológico del Mar.
¿Por qué tanta conexión con Galicia? Sánchez responde que es una comunidad "muy orientada al mar, hay mucha pesca, mucha ría que cuidar", que genera una industria de fabricación de buques y nuevas embarcaciones para así convertirse en referencia dentro de la innovación relacionada con el sector marino-marítimo, en el que estos tres ingenieros grancanarios comienzan a abrirse un hueco importante.
