Las Alcaravaneras presentó altos niveles de Escherichia coli los días 24 y 27 de julio y no fue cerrada al baño. Según el informe sobre los análisis que se hacen en el litoral capitalino que se puede consultar en la página web de Ciudad de Mar, hace dos meses se produjo otro episodio de contaminación fecal al hallarse en la zona norte 4.100 ufc (unidad formadora de colonia) de E. Coli y en el centro 3.300 ufc por 100 mililitros de agua, siendo el límite establecido por la normativa de 500 ufc. Si bien a pesar de ello no se procedió al cierre de la playa, según fuentes del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, al tratarse de un "episodio concreto en el que enseguida se localizó el foco del vertido en las duchas de las canchas deportivas".
Hace justo una semana las alarmas por la presencia de bacteria fecales volvieron a saltar en la ciudad. Ya el pasado mes de abril el Consistorio capitalino tuvo que proceder al cierre de El Confital después de que se disparase la existencia de enterococos que mantiene desde entonces la prohibición al baño al no haber encontrado todavía el origen contaminante. No obstante, esta vez era Las Alcaravaneras la que se vio afectada por un incremento de notorio de E. Coli que llegó a superar hasta 17 veces más la cantidad máxima que puede albergar el agua sin que sea perjudicial para la salud humana. Y es que se llegaron a encontrar 7.500 ufc en la zona más pegada al Club Náutico, mientras que la más central fueron 8.500 y en la parte más al sur 3.000.
Así lo revelaron las muestras que tomó el 28 de agosto la Dirección General de Salud del Gobierno de Canarias una hora después de la cata que semanalmente realiza el Ayuntamiento, cuyos resultados iniciales no fueron negativos. Ante esta situación, la playa fue cerrada, procediéndose a su apertura dos días después, el pasado viernes, cuando los niveles de Escherichia coli volvieron a la normalidad. De momento, no se ha dado con el foco del vertido que el Gobierno local baraja que proceda de una embarcación, tal y como informaron tanto el alcalde, Augusto Hidalgo, como el concejal de Ciudad de Mar, José Eduardo Ramírez.
Diferente fue en julio. En esta ocasión los técnicos municipales sí dieron rápidamente con el origen de la contaminación que alteró las aguas de Las Alcaravaneras el día 24 del citado mes. "Se había roto la estación de bombeo de las duchas de las canchas deportivas que hay junto a la playa", explican fuentes de la concejalía responsable del área quienes aseguran que la avería fue subsanada sobre la marcha con la sustitución del sistema de drenaje, así como con el cierre de las duchas. Aún así, en esta zona, que es la que está más pegada al Club Náutico, se habían detectado 4.100 ufc de E. Coli sin que por ello se decretase la prohibición al baño, ya que en el centro de la costa también se contabilizaron 3.300 ufc de estos organismo. Como medida, sí que se llevaron a cabo contraanálisis los días posteriores para controlar la evolución de la bacteria fecal. Pero tres días después, el 27 de agosto, los niveles de Escherichia coli continuaban estando por encima de los límites por un nuevo fallo en las duchas, a pesar de haberse reducido hasta los 610 ufc en el punto más afectado. Tampoco se cerró la playa. "Los resultados que están publicados son los de los análisis que hace Hidrotecnia para el Ayuntamiento, quien no tiene competencias para recomendar el cierre", aseveraron desde Ciudad de Mar. Eso es potestad del Gobierno de Canarias, quien, desde la Dirección General de Salud, toma muestras cada dos o tres semanas en todas las playas. "Si no se hubiesen disminuido los niveles de contaminación les habríamos avisado", señalan las fuentes municipales ante este episodio que, finalmente, quedó resuelto el día 31 cuando los análisis revelaron la vuelta a la normalidad en las aguas.
