Saúl Craviotto (31 año de edad) y Cristian Toro (24) aunaron la experiencia y la juventud, pero sobre todo el poderío, para convertir el K2 200 metros en el nuevo bote ganador del piragüismo español. Algo más de siete años separan al catalán afincado en Asturias y al joven gallego nacido en Isla Margarita (Venezuela).

La pareja española cruzó la línea de meta de la laguna Rodrigo de Freitas con un tiempo de 32,075, con una ventaja de 0,293 segundos por delante de los británicos, los segundos en el podio. Los representantes españoles obtuvieron la clasificación para la lucha por las medallas de forma directa, sin necesidad de pasar por las semifinales, por haber ganado su serie.

Su presea dorada se convierte en la tercera medalla para el piragüismo nacional en Río de Janeiro, después de los oros logrados por la vasca Maialen Chourraut, en la modalidad de aguas bravas, y por Marcus Cooper Walz, en la prueba de K1 1.000 metros.

Pero ayer no todo fueron buenas noticias para el piragüismo nacional. Por milésimas de segundo se perdió la otra opción de podio, pues Sete Benavides terminó cuarto en C1 200 metros.

Volviendo a la gesta de los campeones olímpicos, esta experiencia no es nueva para Saúl Craviotto. Después de ganar el oro con Carlos Pérez Rial en la prueba de K2 500 metros de los Juegos de Pekín, el ilerdense supo también triunfar en solitario y, entre otros logros internacionales del máximo nivel, se colgó la plata en Londres 2012 en K1 200 metros. Tras ello, en el propio Picadilly Circus londinense pidió matrimonio a su novia Celia y ya es padre.

Policía de profesión, en noviembre del pasado año, diez meses más tarde de nacer su hija, comenzó a unir sus fuerzas y a preparar junto a Toro un barco que primero lograra el billete olímpico y luego que fuera ganador. Y en estos siete meses, el experto y el joven, competitivo como pocos, lo han conseguido.

Los pupilos del asturiano Miguel García certificaron su presencia en Río al ganar en el Preolímpico de Duisburgo (Alemania) y, posteriormente, consiguieron el oro en la Copa del Mundo, en ambos casos con una ventaja importante.

Toro, conocido también por su paso por un programa televisivo de relaciones entre jóvenes hace unos años, residente en Avilés y lucense de adopción, ha ayudado a mantener en el primer nivel a su compañero, que vive en Gijón y que fue liberado por la Policía Nacional para preparar los Juegos.

Craviotto no ha tenido problemas para complementar la preparación para el K1 y el K2, y el afán de progresar de su colega de embarcación le ha dado esa chispa. En sentido contrario, Toro ha recibido de él las imprescindibles dosis de madurez tanto dentro como fuera del agua.

Dentro del agua, en una distancia tan corta como ésta, fue imprescindible mejorar la salida, en la que era más fuerte Toro, y que éste progresara también para el tramo final, en el que Craviotto se desenvolvía mejor.

Además, el joven tuvo que adaptarse al ritmo de paladas del ilerdense, que tiene menos frecuencia que el resto de rivales por sus 1,92 metros. Al final, consiguieron la conjunción absoluta para crear un cóctel que los ha elevado hasta el olimpo dorado.

Para Craviotto, este éxito es un punto y seguido. Hoy mismo tiene de nuevo el reto del K1 200, prueba en la que intentará al menos repetir podio. Disputará las series, en la segunda manga, y la semifinal. Si supera ambas cribas, luchará por otro podio el sábado.

Saúl Craviotto, con este logro, se une al selecto grupo de deportistas españoles bicampeones olímpicos. En él figuran también el tenista Rafa Nadal, los regatistas Luis Doreste y Theresa Zabell, el gimnasta Gervasio Deferr, y el ciclista de pista Joan Llaneras. El catalán también se convierte en unos de los palistas más laureados del olimpismo en España.