Caen chuzos sobre nuestro Mencey por un par de viajes que han salido por el precio de la nave Enterprise. Uno de ellos a Uruguay. Pero todo lo que cueste ir a Uruguay es guay, si de esa gira se cogen recortes del presidente de ese bonito país. Pasen y vean.

Es Pepe Mujica, casado con la senadora Lucía Topolansky, que conviven con Manuela, una perra mil leches. Pepe cobra 250.000 pesos mensuales y el 90 por ciento de este salario lo destina a ayuda social, algo en lo que también colabora con semejantes proporciones la señora Topolansky. El resto es para el pienso de Manuela, luz, agua y gasolina para el escarabajo, único patrimonio a su nombre. Mujica no necesita protocolo, ostras garrapiñadas, ni guanchanchos personales.

Fue visto recién en una ferretería comprando la tapa del retrete, que atornilló con sus manitas. Uruguay, lejos de resentirse de esta naturalidad tan natural, ha crecido en los últimos siete años en un 37 % y el salario mínimo ha pegado un taponazo al alza del 251 %. Si el Mencey y su corte de tenesoyos fueron allá a copiar esto, barato salió el viaje. Y si no lo tienen clarito, que repitan el periplo.