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Rubén Reja

El análisis

Rubén Reja

Transformación política

Cambios. La sociedad española necesita más que nunca que algo se transforme. El tuétano de muchas instituciones apesta a corrupción y el desánimo en la opinión pública es la constante. En apenas tres meses las urnas fijarán el rumbo de un país que trata de salir de la mayor crisis de su historia. Una crisis que no sólo es económica, sino institucional. El desgaste de organismos público-privados salpicados por corruptelas de todos los colores ha dado lugar a nuevos movimientos sociales e incluso políticos. Los Podemos o Ciudadanos se erigen como los nuevos salvadores de la patria y perjuran que, con ellos en el poder, todo será diferente. Habrá que verlo. Por su parte, los partidos tradicionales, obligados a acelerar su regeneración, pugnan por abrazarse a la golosa gobernabilidad. El bipartidismo tiene ante sí duros competidores, que amenazan revolución en diciembre. Pero al margen de colores partidistas, de promesas vacías, es tiempo de reflexión acerca de la política, sus instrumentos, sus posibilidades y sus límites. El gran reto ahora es hacer que la dura crítica sea capaz de originar transformaciones democráticas y, sobre todo, sociales. Todos quieren vivir mejor que hoy. La temida sacudida electoral anhela con romper del todo el bipartidismo de siempre (PP-PSOE). Una fractura en la que los nuevos actores (anticastas) han llegado para quedarse. El pueblo, harto de las trapacerías de los corruptos, necesita respuestas contundentes. Ya no es factible solo buscar culpables, sino depurar responsabilidades. Eso de que el que la hace la paga debe ser la constante. El fin de la mala política tiene que ser la meta apartando del camino a los mediocres y acomodados. En política solo caben los buenos gestores, bien preparados, honestos y con la ilusión de trabajar por el interés de la generalidad. Debemos rechazar los grandes gestos críticos si no vienen acompañados de algo diferente y que sacudan la acuciante realidad que vivimos. Sería estúpido que la situación quedara inalterada cuando las modificaciones propuestas, por deseadas que sean, están fuera de cualquier lógica.

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