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Opinión

Amarillo es mi color

La afición amarilla y su implicación con el club promete nuevas emociones en la temporada que tenemos por delante. "Amarillo es mi color", es el popular eslogan del CB Gran Canaria en su campaña de captación, que ha fidelizado a más de 8.300 abonados. A ellos hay que sumar la otra marea amarilla virtual que desde cualquier parte del globo nos sigue con pasión y fruición.

Queremos levantarnos cada mañana con algo que nos pueda emocionar. Tras el verano y las vacaciones, nos reincorporamos de nuevo al curso anual con la responsabilidad asumida de dirigir una entidad que no puede ni debe estar lejos de quienes empujan con su pasión y convicción esta nave.

Tras semanas de reuniones con la organización, la gestión, los expertos y los empleados de esta casa, toca ahora compartir esa pasión llamada baloncesto con los aficionados y simpatizantes amarillos, con nuestro jugador número seis.

Soy consciente de que el apoyo económico de la masa social es importante pero mucho más su implicación con el equipo, con los valores que representa este club de baloncesto, con su ADN. Ustedes han puesto en el Gran Canaria de baloncesto muchas expectativas y nos han prestado ciegamente su confianza. Nos corresponde ahora a nosotros entregarles recíprocamente ese apoyo incondicional y no solo mostrarles el asiento al que tienen derecho por su abono preceptivo.

Queremos que se impliquen y participen y se sientan desde ya comprometidos con la entidad, deportiva y afectivamente. Nuestro límite lo pondrán ustedes con su pasión y entrega, ya que los éxitos son de todos y de nadie en particular.

Decía el poeta romántico alemán Goethe que el amarillo es un color alegre, gracioso y tierno, el color de la intuición, del presentimiento y del sondeo, en el que se oculta una característica fuerza solar, penetrante y luminosa. La felicidad, la alegría y el optimismo se traducen en diversión, inteligencia, juventud y belleza.

Se trata de un color claro y luminoso, como debe ser nuestra gestión y estrategia. Además, es un color flexible, ya que si se combina con una gota de cualquier otro color, es muy probable que dé como resultado algo totalmente diferente. Por lo tanto, la combinación de colores dará otras visiones, ideas y amplitud de miras, dentro y fuera del terreno de juego.

Como señalaba nuestro entrenador Aíto García Reneses en el pospartido de la Supercopa en Málaga: "No se debe caer en esa pasividad que terminó manchando la actuación colectiva. Aunque nos pase un rodillo por encima, hay que trabajar siempre. Las conclusiones que debemos sacar han de utilizarse para que seamos más humildes y apretemos los dientes para el comienzo de la nueva temporada". Coincidimos con este aserto, al tener que mantener el ritmo y la energía durante todo el encuentro, apoyados por todos nosotros.

Quisiera invitarles el próximo miércoles 7 de octubre en el Gran Canaria Arena a que nos conozcamos, a que hablemos, a que expresemos nuestras ideas, a que entre todos extraigamos el máximo potencial de ese oro amarillo, la afición, en pro de una mejoría presente y de un futuro esperanzador.

Queremos una pasión humana compartida, un aficionado que simplemente no sea espectador, sino que muestre su valor dentro y fuera de la cancha. Estoy seguro que atenderán esta llamada porque el amarillo es nuestro color. Como señala Anxo Pérez: "Lo peor que te puede pasar no es tener una mina de oro, sino tenerla y no haber extraído el oro".

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