De las reuniones que el presidente del Gobierno ha mantenido hasta ahora con los líderes de los partidos más relevantes, sólo uno, Pablo Iglesias, ha criticado la actuación de Rajoy, que sólo pretende una postura concreta que aúne esfuerzos a fin de impedir la formación ilegal de una república independiente en Cataluña.

Por si fuera poco, el representante de Podemos ha dejado claro que está en contra de la decisión de Rajoy. Su actitud, desafiante e inoportuna, justifica, amén de tantos desaciertos, la deriva que está tomando tan nefasta agrupación; inició su andadura con un amplio respaldo social que nadie, ni él mismo, esperaba. Su falta de madurez y soberbia le llevaron a situarse por encima de todos, pronosticando al Gobierno que sus días estaban contados. Para ello lanzó su amenazador tic-tac, tic-tac, contra Rajoy, a quien pensaba sustituir muy pronto. Pero hoy las cosas han cambiado; Podemos ha perdido un gran respaldo popular, sigue bajando, y el mismo reloj descompensado de la mente vengativa de Pablo Iglesias le ha vuelto ahora la espalda; un reloj viejo que sigue marcando el tiempo pasado de una ideología trasnochada, totalitaria, nefasta, fallida y caduca. Pablo Iglesias, recuerda: tic tac, tic tac, tic tac...

Miguel Cámara

Lanzarote