La Provincia - Diario de Las Palmas

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Piedra lunar

Memorialistas isleños

Construir la memoria de una comunidad requiere esfuerzo, método, compromiso y la perspectiva de diversas voluntades personales. Géneros a la vez próximos y distintos como crónica, historia, biografía, incluso la ficción novelesca cuando está impregnada de referencia histórica son, entre otras, diversas formas de contar el sentido y ambiente de una época, de unos hechos o de unos personajes. Cualquiera de estos senderos que ofrece la escritura nos puede llevar a la reconstrucción del pulso de una comunidad, a sabiendas de que todo ello es narratividad y ordenamiento del caos de acontecimientos, sometidos a la interpretación que, en todo caso, pretende la coherencia y la veracidad. La memoria en general es un telar que de manera continuada incide en el latido vivencial de nuestro presente. Aunque somos conscientes de que hemos de Repensar la historia, según afirma el profesor Keith Jenkins, y considerando que El pasado es un país extraño, como titula una de sus obras el profesor inglés David Lowenthal, sigue siendo necesario reflexionar sobre cuestiones tan significativas como el '¿quiénes somos?' '¿de dónde venimos?' '¿hacia dónde vamos?' '¿qué dejamos por el camino?', y plantearnos las consecuencias que tienen las acciones actuales del hombre en el futuro, de igual manera que nosotros recibimos la herencia de los hombres del pasado. Quienes ejercemos el "mester de cronistía" abordamos ese bascular del tiempo porque nos ayuda a tener una perspectiva de dónde nos encontramos, y cómo se han ido articulando los diferentes estratos socio-históricos y económicos que en gran medida configuran la sociedad actual. Con la creación por parte de la Junta de Cronistas de Canarias de la distinción de "Memorialista", y tratando de interpretar un sentir colectivo de la sociedad civil de muchos ámbitos de las diversas islas, se pretende hacer partícipes y reconocer a otras personas que de manera paralela a las funciones del cronista han realizado una tarea vocacional, entusiasta y rigurosa en nuestro entorno cultural, y que meritoriamente han trabajado en diferentes géneros de la investigación histórica. En fechas recientes han recibido tal reconocimiento prestigiosas biografías que confluyen en personalidades como son Miguel Rodríguez Díaz de Quintana, en Gran Canaria; Melecio Hernández Pérez, en el Puerto de la Cruz (Tenerife), y Andrés Pallarés Padilla, en Lanzarote. Cronistas y memorialistas nos aproximan a lo que se podría considerar la historia menuda, cercana e inmediata de nuestros ámbitos insulares y comarcales y que raramente es abordada por los historiadores de profesión, pero que visitan las valiosas fuentes que generan para reconstruir la variopinta realidad de la memoria colectiva de las islas.

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