Hace una semana, un grupo de personas preocupadas con el cariz de los acontecimientos relacionados con la instalación de una planta incineradora de biomasa en el puerto de la Luz y de Las Palmas, decidimos dar un paso al frente.

Indagamos en las hemerotecas de los digitales y en los boletines oficiales; revisamos todos los artículos publicados al respecto y, a la vista de los datos objetivos que encontramos, nos propusimos visibilizar un tema que parecía haber pasado desapercibido para la mayoría de la ciudadanía.

Lo primero que hicimos fue crear una página en las redes sociales como una llamada de atención para informar de lo que estaba pasando. Tuvo una acogida importante obteniendo más de quinientos seguidores en veinticuatro horas. Prácticamente todas las personas que opinaron en la página de Facebook "No a la Incineradora en el puerto de la Luz y de Las Palmas" se manifestaron sorprendidas por la información que allí volcamos, así como en contra de la planta de biomasa. Recordemos que estamos hablando de un proyecto, cuya declaración como "de interés estratégico" por el Gobierno de Canarias, suponía per se un voto de confianza y legitimación institucional.

Durante el fin de semana pasado volcamos en redes sociales -a modo de píldoras- toda la información que fuimos capaces de obtener. Incluso un informe de Sanidad Ambiental que, de forma anónima se nos hizo llegar, fechado en julio del año pasado y que de forma inexplicable, el Gobierno de Canarias parecía haber ignorado por completo.

La denuncia surtió efecto: a partir del lunes, los medios de prensa, especialmente LA PROVINCIA que le dedicó al tema sus portadas, pero también la Cadena Ser y otros, se hicieron eco de la noticia, dedicándole columnas, informativos, tertulias y artículos de opinión.

En cuestión de una semana, creemos estar en disposición de afirmar que el proyecto de instalación de una incineradora de biomasa en el puerto de Las Palmas de Gran Canaria está seriamente dañado. Un grupo de ciudadanos hemos puesto en evidencia a las instituciones. En particular, a aquellas que a pesar de la existencia de informes negativos, decidieron dar luz verde al proyecto. Una vez más, hemos demostrado que la participación de la sociedad civil sigue siendo indispensable.