No son motivos personales, señor Gerente. Son motivos de salud pública. Quiero expresar, ante la oportunidad que se me brinda en estas paginas, y en pocas palabras ( no va a ser fácil), lo que sin querer ha desatado un gran revuelo en estos días, tras presentar mi dimisión como jefe del Servicio de Urgencias, alegando la desconfianza en mis superiores.

No son motivos personales, como desde la gerencia de mi hospital quiere hacer ver su máximo responsable, ni tan siquiera el concurso oposición para la plaza del servicio de Urgencias, aunque este sea la única causa que me ha permitido recurrir su gestión con el servicio de Urgencias.

Quiero hacerle recordar y que se conozca que, en mi servicio de Urgencias -sí, y digo mío, porque tras 30 años, más de la mitad de mi vida trabajando en él, lo considero parte de mí- ha sufrido bajo su gestión un importante deterioro que espero sea remediable.

Deterioro por determinadas situaciones que han tenido que desembocar en conflictos laborales de todo el personal, basados siempre en la atención y los cuidados a los pacientes -nunca hubo motivos económicos-, que le recuerdo es la misión fundamental del servicio de Urgencias: "ofrecer la mejor atención integral y en el menor tiempo posible , atendiendo a las emergencia y urgencias que presenten". Esto se consigue con una adecuada optimizacion de los recursos humanos y materiales, que es lo que básicamente no se ha tenido.

Recordar las diferentes reclamaciones de estabilización de la plantilla, tanto del personal médico como del no médico, básico para desarrollar una correcta atención a los pacientes, y máxime en un servicio de nuestras característica que trabaja ininterrumpidamente las 24 horas, los siete días de la semana, durante los 12 meses del año (o sea,siempre); y caracterizado por la sobrecarga asistencial.

Recordarle las dificultades que encontré en mi gestión para que usted y su equipo directivo nos concedieran las dos plazas de los dos médicos que dejaron el servicio (jubilación y renuncia), y lo que supuso que nos concediera sustituir las bajas por embarazos de tres médicos casi simultáneamente y las bajas por enfermedad. Muy duro.

Recordarle el plan anual de necesidades del servicio, donde solicitaba,para una mejor atención a los pacientes, recursos materiales necesarios y que, a pesar de aportar los datos e informes de apoyo científicos, se daban largas; tanto que, a fecha de hoy, algunas quedan pendiente de resolución.

Recordarle los escritos que desde mi cargo se realizaban de la situación del servicio de Urgencias, con la sobreocupacion de espacio y estancias prolongadas de los pacientes en el mismo, en condiciones no adecuadas en momentos puntuales, que cada vez eran más puntuales, y en donde se le aportaban ideas que nunca recibieron respuestas.

Podría enumerar muchos motivos más, pero creo que los pilares que sostiene al servico de Urgencias en la atención a los pacientes son los recursos humanos y los medios necesarios para su atención.

Aclarada la situación y ante la no respuesta necesaria por la gerencia, es lo que hace que se produzca en nuestro servicio una huelga (método no deseable), del personal no médico a primeros del año pasado y que continuó con el conflicto laboral también de los médicos del servicio, solicitando las reivindicaciones justas y anteriormente citadas.

Muy difícil gestionar el servicio con ambos conflictos, con las añadidas presiones de tus superiores.

Me mantuvo y me mantuve al margen de las mismas para ser lo mas aséptico posible, aun sabiendo que mis compañeros médicos, enfermeros, auxiliares y celadores llevaban la razón, sobre todo, para que la asistencia a los pacientes no se viera nunca comprometida.

Sé que esto es lo que me ha pasado factura y ha supuesto gran parte de las acciones que he denunciado en mi recusación de la Comisión de Valoración que usted preside y sus directivos constituyen. Y que por ética y moral no airearé, esperando que un tribunal decida en consecuencia.

Si injusto ha sido su proceder, debo decir lo mismo de sus superiores, donde con el fin de que se impartiera como mínimo el beneficio de la duda, no han sabido o no han querido implicarse en dicha situación. Lamentable en unas personas que llevan en sus siglas y programas la defensa de la Sanidad Publica.

Con mi renuncia que reafirmo, por DIGNIDAD, espero que alguien pueda leer entre líneas y se acerque a la verdad. Yo volveré a lo que realmente me apasiona y que ha sido el motivo de mi vida y mi profesión: los pacientes, con sus emergencias y urgencias, que es, en definitiva, por lo que debemos velar.

Quiero agradecer todo el apoyo recibido desde todos los estamentos, sanitarios, docentes y de muchos anónimos que reconocen la dura labor de los médicos de Urgencias.

(*) Médico de Urgencias Hospitalarias. Doctor en Medicina. Profesor Universidad de Las Palmas de Gran Canaria