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Fuerteventura y el nacionalismo

Los análisis más agudos, los comentarios de los líderes históricos e incluso los corrillos de la calle comentan con asombro el batacazo electoral de CC. Pero la verdad es que el resultado electoral es la "crónica de una muerte anunciada" o eso parece. Hace tan solo unos meses antes de las elecciones locales y autonómicas la dirección de CC encargó a un grupo de sociólogos de las universidades canarias el análisis de las fortalezas y debilidades del proyecto. Sus conclusiones presentadas en los comités políticos insulares eran inequívocas: El proyecto estaba tocando fondo, la fórmula presentaba signos claros de agotamiento y su supervivencia dependía de una reestructuración profunda de las ideas y también de las personas. Los resultados de la encuesta de lideres de opinión de una muestra bastante representativa lo evidenciaban así: los jóvenes no se identificaban con el proyecto e identificaban a CC como un partido solo interesado en los sillones; los mayores se sentían decepcionados por el gobierno y solo se mantenía la confianza del colectivo de mediana edad que sin embargo estaba siendo castigado por la crisis económica y se encontraba desencantado, el sentimiento canario se difuminaba y los principales problemas eran el paro y la corrupción. Sacamos a relucir este estudio para felicitar a los ponentes del mismo por su acierto , aunque a nuestro entender sus predicciones se quedaron cortas, algo disculpable teniendo en cuenta que la dirección de CC con sus estrategas de la permanente del Consejo Político Nacional al frente hicieron todo lo contrario de lo propuesto. Así se hizo una plasmación muy "sui generis" : Cambio de cara si, pero eludiendo el debate principal de la regeneración política y la democracia interna que era lo demandado .Apertura a la sociedad ni de lejos , más bien candidaturas impuestas desde el aparato para mantener los delicados equilibrios de poder e incluso contradiciendo a los órganos insulares legítimos como en el caso de Fuerteventura, para primar los años de servicio en las instituciones y las lealtades personales frente a las ideas nuevas y la renovación política, Participación y transparencia ciudadana en las decisiones políticas ni de lejos, por el contrario más poder institucional vertical y apoyo en los grupos empresariales. ¿Sensibilidad con los damnificados de la crisis? más bien improvisación y cierre prematuro del capítulo, como si esta no hubiera dejado un rio de desahucios que continúan, paro insufrible, dependientes sin ayuda, y recortes en sanidad y educación que se mantienen. Nada del empoderamiento de la sociedad, del fortalecimiento del tejido social, de la democracia del partido con primarias (ciencia ficción), ni de la transparencia. Nada o muy poco, de una agenda social urgente que reclamaban los ciudadanos según los mismos estudios. En fin "de esos polvos vienen estos lodos" como dice el refranero.

La constatación de esta realidad que ahora se recrudece y agudiza con los resultados del 20D nos hizo unos meses antes de estas elecciones convocar un proceso de dialogo de nacionalistas al margen de CC. Se trataba de reunir a aquellas personas relevantes de diferentes sensibilidades en el campo nacionalista con el objetivo de reflexionar sobre varios elementos claves del futuro .En primer lugar se trataba de saber si los ciudadanos de la isla siguen creyendo que el nacionalismo es una herramienta transformadora y útil para defender sus intereses a pesar del nacionalismo oficial . Nuestra conclusión después de consultar a muchos fue en la misma línea que la de los expertos: nacionalismo si pero no de cualquier manera, no burocratizado, ni profesionalizado, ni populista. Aunque las urnas nos han dado una mejor y más ajustada respuesta habida cuenta de quienes han perdido los votos. La segunda cuestión era: cual es la prioridad de los ciudadanos, si las obras faraónicas de infraestructura desarrollada con excepciones, por supuesto, por las instituciones gobernadas por los nacionalistas o la agenda social cercana a las necesidades de la gente de la calle que combatiera el paro, los desahucios , y abordará la mejora sanitaria, de la educación, y de la juventud . Y si la fuerza política hasta ahora hegemónica en el nacionalismo tenía la credibilidad necesaria para concitar ilusión y aglutinar a la sociedad en torno a esa agenda. Nuestras conclusiones se ven en este caso confrontadas con una respuesta de las urnas aparentemente paradójica puesto que la fuerzas más votadas en la isla han sido el PP y en segundo lugar Podemos, en todo caso queda evidenciado el divorcio entre los ciudadanos y los que han gestionado la cosa pública de la isla en los últimos años. Por último, queríamos reivindicar la tradición del nacionalismo democrático de Fuerteventura representado en los principios de Asamblea Majorera como es la consideración de que AM fue un movimiento de unidad, plural y abierto que conectó con las raíces de un pueblo que reclamaba su dignidad y que exigía democracia. Un movimiento asambleario y horizontal donde se sumaba a los mejores de cada campo, muy alejado de las prácticas actuales de los dirigentes de CC.

Nuestra reflexión concluía que: aunque no se dan las condiciones de confluencia en las elecciones, si se constata que existe la necesidad de un movimiento nacionalista fuerte y de principios arraigado en la isla. Denunciábamos entonces y lo reiteramos ahora nuestra preocupación por los intentos de aquellos que ayudaron en su día a la liquidación de aquel maravilloso movimiento lleno de vitalidad y rebosante de energía que era Asamblea Majorera pretendan ampararse en él, ahora a la desesperada, apelando a la unidad para esconder sus errores e intransigencias apropiándose interesadamente sin reparo ese patrimonio colectivo del que nos sentimos orgullosos todos los majoreros.

El nacionalismo como hemos defendido siempre es una herramienta político-social pegada a la gente de la tierra haya o no nacido aquí. Una propuesta diferenciada porque tiene como objetivo la soberanía energética, solo alcanzable con las renovables, la autosuficiencia alimentaría, la soberanía ciudadana como máxima expresión de la democracia participativa y la defensa de nuestras raíces culturales y etnográficas. Un movimiento que no solo revindica frente al Estado y Europa lo que nos pertenece, sino que también cree en las capacidades de nuestras gentes para generar y redistribuir la riqueza. El nacionalismo al que aspiramos y que merece la confianza ciudadana es aquel que demuestre voluntad política aplicando fórmulas propias para que las empresas que se enriquezcan en canarias tributen aquí y generen empleo aquí, que respete a los isleños.

En definitiva, pensamos que solo una refundación sobre bases sanas que priorice a las personas, a los miles de majoreros y a los millones de canarios tendrá credibilidad el mensaje, solo si se vuelve a la senda del respeto por nuestra cultura tendrá sentido el nacionalismo y solo si se cuenta con los ciudadanos y se democratizan los partidos, el nacionalismo será merecedor de su confianza.

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