Las acepciones del DRAE para "vesania" son "locura, demencia y furia", por ese orden.

Los psiquiatras nos referimos a las "psicosis vesánicas" para definir un estado de debilitamiento permanente, progresivo y definitivo de las facultades intelectuales, morales y afectivas, en los estadios finales de las psicosis degenerativas. El orden en que aparecen los significados no es casual, porque cronológicamente aparece primero la psicosis y tras muchos años de evolución hacia el deterioro, en algunos casos llega la demencia y posteriormente el comportamiento errático y furioso, que no es sino la consecuencia del déficit cognitivo en esta enfermedad que tanto hace sufrir a nuestros pacientes y sus familiares.

Utilizar un diagnóstico médico para desacreditar públicamente a Rosell es un grave error conceptual. Lanzar diagnósticos psiquiátricos como insulto es de una bajeza moral intolerable y va en contra de las recomendaciones de todas las asociaciones de profesionales médicos, pacientes, usuarios y familiares. El modelo de Psiquiatría Comunitaria, que tantos esfuerzos nos está costando implantar en Canarias, implica la necesaria integración de las personas con enfermedad mental y la normalización de su estilo de vida. Para ello es imprescindible la desaparición de todo tipo de discriminación; la lucha contra el estigma es del todo prioritaria.

Que todo un ex Fiscal General del Estado de un gobierno socialista y ex Delegado del Gobierno en Canarias titule su artículo de ayer en prensa como La vesánica Rosell es un desatino y una falta de respeto hacia tantos enfermos y familiares que sufren en silencio. El comportamiento de los ex altos cargos del Estado no solo debe ser ejemplar: también debe parecerlo. Para ser voz de los "sin voz", mañana mismo presentaré una solicitud de amparo en el Diputado del Común y en el Colegio Oficial de Médicos.

(*) Psiquiatra y profesor de la ULPGC