La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

WhatsApp Image 2023-10-26 at 12.03.57 PM (1).jpeg

Cartas a Gregorio

Manuel Ojeda

Una cuestión de pereza

Querido amigo, esto que te voy a contar es parte de las confidencias que me hizo una amiga no hace mucho y que, de seguro, te van a parecer tan reveladoras y sorprendentes como a mí.

Me contaba que, como cada día de la semana, la ocupación de las tareas de la casa le llevaba la mayor parte de su tiempo y, entre esos cuidados y los que a ella misma se debe para que el correr de los años no le pase factura demasiado pronto, termina el día completamente agotada.

Eso es de lo más natural, y lo mismo le pasa a su marido después de una larga jornada de trabajo por lo que, nada más llegar a casa, se pone cómodo para cenar e intentar reponerse.

Luego, después de comentar las cosas del día y ver algo en la televisión, cada uno con sus propias fuerzas y flaquezas, se mete en la cama.

Y es aquí donde las circunstancias establecen las diferencias. Una vez en la cama, él se propone en caricias amorosamente, pero ella no parece receptiva.

Pasarán entonces por la cabeza de él los fantasmas del hartazgo o de la frialdad de su pareja pero, es que no está considerando adecuadamente las distintas circunstancias de cada uno.

"Nosotras", me decía esta amiga, "antes de meternos en la cama pasamos por el tocador para quitarnos y ponernos el mogollón de cremas y potingues necesarios para intentar detener el paso del tiempo en nuestra fisonomía. Si después se nos ocurre meternos en los desenfrenos de la cosa sexual, tenemos que repetir los mismos cuidados faciales para reparar los daños sufridos en el fragor de la batalla, más importantes todavía los fines de semana, porque mi marido es de los que no se afeitan de viernes a domingos... A continuación, él se queda en la cama mientras que yo me voy desnuda al baño pasando frío por el pasillo a vaciar y lavar mis cálidos recipientes antes de reciclarme de nuevo y volver a la cama, donde él me espera roncando plácidamente. Así que, no es frialdad ni falta de pasión lo que siento, mi amor, es pereza..."

Me ahorro algunos detalles puntuales que me refirió sobre el qué y el cómo, arriba o abajo, delante o detrás, dentro o fuera, por no cargar demasiado las tintas en estas cuestiones tan intimas, pero sé que tú ya me entiendes.

No ha lugar a comentar la evidencia de que los tíos nos comportamos como unos holgazanes en estos affaires, pero lo peor es que todavía pensamos que ellas tienen que tomárselo con más amor, cuando lo único que tienen es frío, desgana y toda la razón del mundo.

Pues, ya sabes, Gregorio: si tienes pensado echar un quiqui después de la cena este fin de semana, aféitate primero e ingéniatelas para ir seduciéndola antes del postre para que posponga el acicalado, y prepárale la bata y las pantuflas por si hace frío, que el amor también tiene su parte de burocracia y gestión técnica...

Un abrazo, amigo, y hasta el martes que viene.

Compartir el artículo

stats