Se podría decir que es la sensación de haber vivido un determinado momento antes; pues esto no es otra cosa que lo que les lleva pasando a todos los partidos políticos desde las últimas elecciones del 20D.
Llevan más de cuarenta días diciendo lo mismo, haciéndonos creer a los sufridos ciudadanos que repitiendo una y otra vez lo mismo al final terminaremos dando por buenos los planteamientos maximalistas que no conducen a ningún lado. ¿Pensarán que somos tontos? Todos hablan, radios y televisiones empeñados en retransmitir en directo unos acuerdos que no llegan. Pero ¿no se dan cuenta de que todo no se puede escenificar en los platós? ¿Para qué está el Congreso de los Diputados? Pues, poco más que para elegir sillón y tender la ropa con niños incluidos. Rajoy quiere ser presidente, por ser el partido más votado, Sánchez, por su lado, pretende abanderar un gobierno del cambio, Iglesias se le llena la boca diciendo que representa el progreso y por último, Albert que ni que sí, ni que no, sino todo lo contrario.
Es cierto que en la España actual no existen antecedentes de algún gobierno de la nación compuesto por diversas coaliciones como ocurre de forma recurrente en Alemania, Austria, Dinamarca y Holanda por poner unos ejemplos entre otros muchos. Lo que no es menos cierto es que los españoles cuando nos ponemos a ello no nos gana nadie, es decir, Podemos plantea un gobierno que entre los suyos y los demás llegan a una coalición de siete u ocho partidos diferentes. A la derecha de estos se propugna una alianza de PP, Ciudadanos y PSOE pero, que no, los voceros de Pedro Sánchez repiten como un mantra una y otra vez que al PP ni agua. Esto es lo que hay, que es bien poco. SM el Rey debe estar hasta la coronilla, nunca mejor dicho, de tanto inútil a la hora de dar respuesta a los ciudadanos.
Me temo que el futuro inmediato pasa por unas nuevas elecciones, elecciones que podríamos denominar como las elecciones de los incapaces. Se puede dar la triste circunstancia de que la gente se quede en su casa como protesta por no haber sabido interpretar la voluntad expresada en las últimas elecciones.
Todos tenemos alguna experiencia de esta sensación, que nos viene ocasionalmente, de que lo que estamos diciendo o haciendo ya lo hemos dicho y hecho antes, en una época remota; de haber estado rodeados, hace tiempo, por las mismas caras, objetos y circunstancias; de que sabemos perfectamente lo que diremos a continuación, ¡como si de pronto lo recordásemos! Los partidos están llenos de las mismas caras desde tiempo inmemorial y, los llamados nuevos repiten los mismos errores que hace tiempo cometieron otros. Se habla de pactos con nacionalistas por parte de la izquierda pero, ¿no son de derechas los partidos nacionalistas? Entonces... ¿qué? En definitiva, nada nuevo bajo el sol.
"El Congreso tiene tres misiones. Una, pasar leyes. Otra, impedir que pasen. Pero la más importante consiste en asegurar que los asuntos se alarguen indefinidamente, que nada se resuelva por completo, que la agenda esté llena de pendientes..."
