Poner de moda, el desprecio por los demás, el bullying orquestado, el insulto, las palabras obscenas, la xenofobia, la homofobia, el desprecio a los mayores, a la política, a lo diferente, a la educación y a todo aquello que por natural pueda ser objeto de burla y sorna, es el cometido de estos individuos que distan mucho de poder llamarse actores, que han creado un seudoespectáculo, ridículo, indeseable, sin gracia y sin talento, que con el amparo de algunas instituciones como el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife les llena los bolsillos a ellos y sus no tan jóvenes productores.

Esta ha sido una mala experiencia, que rompe con todos los principios de un código básico y mínimo de civismo y ética escénica.

Incitar al ahorcamiento del presidente del Gobierno Rajoy con frases como "donde mejor estaría es ahorcado en la Plaza Mayor" o el desprecio de uno de los líderes de la oposición como Albert Rivera, al hacer un símil de su despacho con los Alpes todo blanco en una clara referencia a la coca, burlarse de un chiquillo que en un gesto de buena educación, que levanta el brazo para pedir la palabra, le comenta que si es un nazi, ¿qué que hacía? De forma constante y en la misma línea, que si lo próximo será votar a Ciudadanos, emplear frases como, "esta puta vieja", humillando a las personas mayores, hacer continuas referencias a "follar" "chuparla" "que le coman el coño" o que "dejen de tocarse el garbancillo". Estas y otras muchas más obscenidades, son casi lo más civilizado que se puede oír en este lamentable show lleno de depravación léxica y malsonante, que por ser exagerada y ridícula sorprende hasta los más jóvenes, cautivándolos, en una insurrección hacia lo correcto o las buenas formas y todo, dentro de una escenificación que se acerca más al vandalismo y la delincuencia que a otra cosa.

Tal vez a los productores y el director de este espectáculo lo único que les preocupe es el dinero que se llevan calentito, sin apenas más inversión que un viaje y tres sillas. Tal vez, los protagonista se están creyendo que por subir vídeos malos y llenos de despreciables mensajes, están forjándose una profesión de youtubers. Tal vez, los padres que permiten asistir a semejante espectáculo a sus hijos no estén bien informados o no les preocupe en exceso que sus hijos puedan recibir este tipo de influencias, pero, lo que es inconcebible es que desde el Ayuntamiento de Santa Cruz y en concreto Sociedad de Desarrollo se de cobertura a esta basura.

Si en Madrid hemos tenido un ejemplo que hasta la propia alcaldesa Manuela Carmena ha criticado, este espectáculo no es menos despreciable ni abyecto y como tal, la falta de rigor que el concejal del área ha tenido al consentir y permitirlo.

Tal vez, tampoco le preocupe la educación en valores y los grandes esfuerzos que educadores y maestros realizan día a día en las aulas, con los jóvenes canarios para evitar este tipo de conductas y tal vez tampoco tenga ninguna preocupación por los efectos perniciosos y degradantes que este tipo de shows puedan generar en la población adolescente a la que se dirigen. Pero fuera de toda duda, estoy convencido que a los ciudadanos de Santa Cruz en su inmensa mayoría, sí, es por ello que como responsable del área debería plantearse el o sus jefes la continuidad en un cargo que no es capaz de desarrollar con la observancia mínima que los jóvenes y ciudadanos en general, se merecen.

Posiblemente la generación de los 70 o los 80 no seamos el mejor ejemplo de los posible, pero en nuestra juventud nos guiaban otros principios, siendo posiblemente una de la generaciones más flexibles y tolerantes de los últimos siglos de este país, y así, para ir en contra no teníamos que insultar, para protestar no teníamos que ridiculizar a los demás por la edad, el sexo, su procedencia o su religión, para hablar de sexo no teníamos que sacar a relucir las relaciones mas escatológicas y denigrantes, y especialmente, cuando uno va de visita una isla hay que ser respetuoso con su gente y su forma de hablar. Sinceramente creo que este seudoactor protagonista de este seudoshow, si debería ser proclamado persona non grata y cortar por lo sano algo insano, algo que solo hace feliz a la parte más oscura del comportamiento humano, a la parte más incívica de la sociedad, a la parte que rompe con los principios que tanto y tanto nos has costado conseguir.

La educación no es un don, es un trabajo constante y permanente para mejorar la convivencia, frágil y comedido para evitar su alardeo, por ello apenas se puede defender, y es por ello que estas personas sin escrúpulos, la puedan atacar de forma tan impune. Sí, tal vez la basura para denominar un espectáculo de este tipo sea un piropo más que una descripción.