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En voz alta

Abrir una cerradura en cinco segundos

Pueden abrir una cerradura en cuestión de cinco segundos, con dos simples golpes de martillo o un objeto similar -basta incluso un zapato-, entran en las viviendas en una exhalación y se llevan todo lo que pueden, mientras puedan transportarlo fácilmente sin llamar la atención. La policía advierte de las bandas itinerantes de rumanos que durante estos días se dedican a desvalijar viviendas por el método del bumping, que utiliza una llave maestra especial. Se centran preferentemente en los barrios de la periferia de las grandes ciudades, con acceso fácil a autopistas, para huir a la mayor velocidad. No dejan rastro alguno, ni siquiera se hospedan en hoteles o pensiones. Esta pasada Semana Santa hicieron de las suyas en Asturias, con una veintena de asaltos.

El método utilizado no deja marca alguna en las puertas, por lo que no puede ser detectado a simple vista por los vecinos. La policía se ha visto obligada a establecer dispositivos especiales para tratar de localizar a los miembros de estas activas bandas, de sobra conocidas por su modus operandi.

Los protagonistas de esta ola de robos utilizan el mismo método para entrar en las viviendas. Tras colarse en el portal del edificio, van llamando de puerta en puerta, para localizar las viviendas vacías. Perpetran sus robos por las mañanas, entre las ocho y las dos de la tarde, las horas a las que los vecinos suelen ausentarse para ir a trabajar o realizar la compra diaria.

El método utilizado por la banda, el bumping, requiere de muy escasos segundos. Consiste en introducir una llave maestra especial en la cerradura de seguridad. La llave está provista de puntos, muescas o dientes en la posición más baja a la que llegan los pistones del cerrojo. Una vez introducida, bastan uno o dos golpes para mover los muelles internos, lo que provoca la apertura de la cerradura. Las bandas que están actuando en diversas provincias españolas también utilizan alguna ganzúa mecánica o taladro eléctrico, un método que destroza las cerraduras.

Una vez forzada la cerradura, los ladrones entran en las viviendas y se llevan objetos fáciles de transportar, a una velocidad pasmosa, sin permanecer mucho tiempo en cada vivienda. Los ladrones se ceban sobre todo en una determinada marca de cerradura de seguridad que fue muy popular en España los años noventa.

La Unión de Cerrajeros de Seguridad (UCES) calcula que un 80 por ciento de las cerraduras en España están obsoletas, por lo que en próximas semanas instará a las administraciones regionales y locales a llevar a cabo un Plan Renove para sustituir las viejas. "No hay cerradura que no pueda ser abierta, pero se le pueden poner minutos a la puerta, para que los ladrones tarden más en abrirlas y desistan de intentarlo", según indica un portavoz de UCES, organización que agrupa a 300 cerrajeros en España. Esta organización cree que la administración debería subvencionar la renovación de las viejas cerraduras.

La UCES está preocupada además por otro aspecto que observa desde hace unos cinco años, y es la venta de llaves maestras y otras herramientas de cerrajería a través de internet. Otro aspecto intolerable, según la organización, es la proliferación de cursos y tutoriales en Youtube en las que se enseña cómo abrir una puerta de manera silenciosa y limpia. "Más que enseñar cerrajería, esas tutoriales son una escuela para formar desvalijadores de casas", se queja la UCES, que pide limitar esos contenidos en internet.

En la actualidad se puede adquirir por 100 o 150 euros una cerradura antibumping o antitaladro. Según explica Ángel Cantora, de Cerrajería El Trasgu, las primeras cuentan con un péndulo o muelle que impide actuar a la llave maestra. Hay diferentes modelos que ralentizan el robo por parte de los ladrones, como la Mauer, la R6 de precio más asequible, la R 100 o la Kaba, entre otras. Las cerraduras antitaladro hacen que el bombín literalmente enloquezca, es decir, que empiece a dar vueltas, de forma que el taladro no logra realizar su tarea de erosionar los pistones de la cerradura.

Por mayores precios se pueden adquirir cerraduras mucho más seguras, que cuentan con sensores láser que bloquean la cerradura en caso de que se introduzca una llave extraña. Cualquier precaución es poca frente al ingenio de los amigos de lo ajeno.

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