El reloj de la torre de la cercana iglesia estaba a punto de campanear la medianoche y entre las cálidas sombras varias figuras se acercaban a la sede de la Presidencia del Gobierno de Canarias. Enfilando a paso ligero no tardaron en perder resuello. La luz de la luna iluminó el rostro de Julio Cruz, quien llevaba una pequeña bolsa a la espalda.

-Por fin llegamos- susurró-. No entiendo la gilipollez. Podríamos llamarle por teléfono...

-Nunca coge el teléfono- recordó entre dos bufidos de cansancio Ángel Víctor Torres.

-Pues se le manda un correo electrónico- protestó Cruz, limpiándose el sudor.

-Pero si yo le pinté en un grafiti en la pared de frente de su casa: JOSÉ MIGUEL, DÉJATE VER y ni caso...- explicó casi llorando el viejo sentimental conocido por Chano Franquis.

-Es necesario- declaró Torres dramáticamente-. Toca el timbre para que nos abra.

Sorprendentemente el acceso principal a la sede de la Presidencia del Gobierno de Canarias en Santa Cruz de Tenerife disponía, en efecto, de timbre de portero electrónico.

-¿Qué pasoooó?- dijo una voz adormilada.

-Patricia, sal, que tenemos que hablar- demandó Julio Cruz.

-A mí no me sacan de mi esquinita hasta 2019- fue la respuesta.

-¡Abre inmediatamente!- rugió Cruz.

Se oyó otra voz por el chisme electrónico.

-¿Quién es ese boludo, Patri?

- Creo que son testigos de Jehová otra vez.

-Esto es un hogar laico y socialista, che, no insistás más...

-Soy Julio Cruz. Estoy aquí con más compañeros... Habíamos quedado.

-Ay, mecachis, no lo recordaba...

-Hasta a testigos de Jehová recibís... Qué grande sos...

Todos se acomodaron en el diminuto salón, incluido un individuo de mejillas sonrosadas y chaqueta arrugada, que parecía perdido y algo nervioso. Patricia Hernández le preguntó:

-¿Y tú qué haces aquí?

-¿Yo? Yo... pues? me llamo Fumero... Creo que soy el secretario general de la gestora del PSOE de Tenerife... Si hay una gestora...

-Saca la ouija, Julio, y no perdamos tiempo. Apaguen la luz... Enciendan velas negras...

-Yo moveré el vaso- se ofreció Cruz.

-Sí, hombre, como siempre, ¿no? El vaso lo muevo ahora yo...

Se hizo un silencio protocolario. Apenas se escuchaba el crepitar de las velas. Franquis impostó la voz para preguntar al vacío:

-José Miguel Pérez, yo te convoco... Quiero decir, que te convoca el PSOE en nombre de sus 135 años de historia... Manifiéstate... Manifiéstate, hazte presente y háblanos...

El vaso se comenzó a mover mientras Hernández empalidecía. Primero se dirigió al NO.

-¿No se va a manifestar? Tampoco sería una novedad- se le escapó a Cruz.

El vaso continuó y dibujó el mensaje: "Son 137. El PSOE tiene 137 años". Y se detuvo. La vicepresidenta lo sacudió a la altura de su oreja derecha, pero no oyó nada, y todos callaron hundidos en el desconcierto y en la noche.

-¿Alguien quiere una cocacola zero?