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Piedra lunar

Recuento romano (Lázaro Santana)

El poeta llega a la ciudad. Sabe cuántas páginas se han escrito sobre ella y él quiere añadir una, una sola como testimonio de su paso. Quiere que su retina se sature de todos aquellos fragmentos, de aquella belleza caída, despedazada como los miembros de un cuerpo torturado". En esta breve confesión, Lázaro Santana expone cuál ha sido el propósito de su Recuento romano (Ultramarino, 2015), obra intuitivamente esperada después de Rosso fiorentino (2008), sobre Florencia, y a Aguatinta (2010) relativa a Venecia, con lo que cierra una trilogía que sitúa a nuestro autor en la tradición de los creadores europeos (Goethe, Sheley, Keast ) que han escrito sobre la intimidad de las emblemáticas ciudades. Estas obras no constituyen las clásicas impresiones del viajero ocasional ya que nuestro autor opta por avecindarse en la ciudad durante varios meses para poder leer con sosiego el tiempo, la cultura y el alma intangible acumulados en su devenir. En Recuento romano el autor no hace un relato de los iconos universales que configuran la ciudad y que son los tópicos que manejan quienes la han visitado. Su propósito es dejar testimonio directo de lo que él mismo conoce a priori y lleva en su mochila cultural pero con la capacidad crítica del intelectual que no se amilana en la valoración de lo que encuentra su mirada y que con sobrada solvencia expone en su texto. A lo largo de la lectura del libro, se me antoja confirmar que Lázaro Santana no dejó en la isla el bisturí de su independencia crítica, ni llega a la Ciudad Eterna como el pacato de una periferia cultural (cada vez somos menos periféricos). Sus herramientas básicas son los sólidos conocimientos de la expresión artística y cultural, que es lo que ocupa el contenido básico del libro. No obstante, la obra tiene otras vertientes que lo convierten en una aportación bibliográfica singular. La exquisita edición se nos presenta en fragmentos, que son los apuntes de sus observaciones y que narra desde distintos puntos de vista: prosa poética, descripción denotativa, narración en tercera persona o prosa confesional. La fluidez expresiva no deja al margen el dato cultural arraigado en su formación humanística, que combina con fragmentos que, a modo de crónica, conecta con la historia viva del presente: crisis europea o actuaciones de los mandatarios de la Unión. El relato es compartido con su compañera de viaje y con Giorgio, confidente que regenta el bar donde desayuna cada mañana y donde lee el periódico que lo conecta con la actualidad. No dejan de manifestarse algunos guiños a evidencias de nuestra islicidad plástica y literaria: Millares, Martín Chirino, Alonso Quesada. El autor arrastra su cosmovisión que extiende sobre Roma, su historia, sus museos, sus iglesias y sus mármoles. Roma, atrapada por un poeta y ensayista más allá de nuestra frontera cultural.

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