Nada es perfecto, por eso de las incidencias veraniegas nadie se libra. Hasta aquí ha llegado un lamento de un atento lector de Vegueta, habitual del Gabinete Literario en este tiempo de verano. No tiene queja del servicio ni del menú, ni de la compañía, ni del ambiente. Todo a pedir de boca. Lamenta que una avería de la máquina de café obligue a un almuerzo "interruptus". En fin, se reparte el gasto por otras terrazas. No hay mal que...