Los encargados de la ermita del Espíritu Santo están observando la inclinación alarmante que está tomando el legendario drago de unos 150 años plantado por Manuel Ponce de León en la plaza por él diseñada. De caer, podría originar una verdadera catástrofe. Se desplomaría sobre la vía del Dr. Chil, tránsito de Vegueta y, además, con numerosos transeúntes a ciertas horas por estar en sus inmediaciones ubicados dos colegios.