El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria presentó ayer una iniciativa loable: la organización de un recital de música rock, el Festival Cero, en el que no se servirá alcohol con la intención de concienciar sobre el uso de un espacio cultural con el consumo responsable. Hasta ahí, todo bien. El problema surgirá cuando las personas que acudan al espectáculo recurran a los bares de la zona o a vendedores ambulantes para saciar su sed o animarse.