La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

noray

Paseo por el muelle

Es evidente que los tiempos han cambiado que es una barbaridad, pero el alma del puerto de La Luz sigue ahí presente cada día pregonando a los propios y extraños que no fue solo el sueño de unos patricios, sino también el sentimiento de una pueblo con visión universal que cada jornada se mira en su propia bahía, con el orgullo de una puerta abierta al mundo que nos trae las insignias navieras y todo ese conglomerado de marinos con sus credos y razas que vienen a nuestro encuentro.

Por todo ello, parodiando a los grancanarios enamorados de su Puerto, un paseo por el muelle nos trae viejos recuerdos, estampas que se han ido para siempre que tuvieron su inicial origen en el muelle de Santa Catalina, la gran portada de entrada en la Isla que nos lleva a los tiempos de nuestra niñez, con aquel bullicio de vapores y casetas de consignatarios, con los penachos de humo que salían por las chimeneas, junto a las mercancías colocadas sobre las aceras, mientras las carretillas manejadas por los trabajadores portuarios, se acercaban a los costados de los barcos atracados para recoger o dejar la carga. Y los pasajeros que embarcaban para las Islas, Península e incluso para lejanas tierras de América.

Tampoco podemos olvidar el gran espectáculo de los correillos negros que cubrían los servicios interinsulares, que congregaban a modo de asamblea a los naturales del resto de las Islas residentes en Las Palmas de Gran Canaria, en busca del familiar, amigo o conocido que le trajera noticias de los suyos o el paquete con los encargos de sus productos preferidos. Y por supuesto la despedida de los seres queridos que volvían a su terruño amado tras una corta o larga estancia en Gran Canaria.

Compartir el artículo

stats