Últimamente la guerra entre Aliens y Predators está en boca de todos. No me extraña, porque está llena de efectos especiales que ni Narnia, ni Avatar, ni Herbie juntos. No tiene giros de guión, es verdad, es todo muy previsible, pero eso no le quita potencial ya que sólo con sus imágenes lo flipamos, roscas en mano.

Por lo visto, los Predators están luchando por la democracia, sus valores y todo eso. Pero, ojito, porque los Aliens están luchando por algo no menos importante: por la democracia también. Y así están, a dos cachetadas democráticas por minuto. Parece una bobería lo que estoy diciendo pero, en serio, es que lo es. Voy a intentar explicar esta guerra un poco.

Resulta que en la antigüedad los Aliens y los Predators eran muy amigos. Saqueaban juntos a la peña y no había problema. Unos lo hacían por deporte y otros por naturaleza (ahora que cada uno decida quién es quién en esta frase, el que más le guste). Pero el caso es que se llevaban muy bien. No sé qué pasó, un quíteme usted de ahí ese estatut, una crisis con culpables con nombres y apellidos, unos recortes por toda la galaxia que vete tú a reírte del presupuesto de Mi amigo Mac, y empezaron a mirarse con cara de quien huele un pedo pero no sabe de dónde viene. Cada vez que un Predator abría la boca para decir algo sobre la democracia más Aliens salían del estómago, que es donde se guardan los nervios las personas normales, y los Aliens fueron legión.

Los Predators tienen la tecnología de su parte, no hay más que ver cuando un Alien saca una urna y de la nada aparecen Predators que estaban ocultos a la vista, camuflados como parte del mobiliario. Están tan camuflados que hace años que se les pregunta por un referéndum y ellos no responden y simulan ser una mesilla de noche, que eso no tiene responsabilidades ni nada. Una mesilla de noche sería un buen presidente, ahora que lo pienso, más barata por lo menos. "Es la mayor vergüenza democrática que han visto mis ojos", decían desde la portavocía predatoriana, "y eso que mis ojos han visto cosas que vosotros no creeríais. Repartir sobres de dinero negro más allá de Orión. He visto cambiar el artículo 135 de la Constitución en la oscuridad, cerca de la puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo... como la corrupción tras una cortina de humo." Y venga a salir Aliens.

Y si los Predators tienen la tecnología, los Aliens poseen la pasión y la entrega. Están genéticamente preparados para que la sangre de cualquiera de ellos salpique a sus enemigos, y la sangre de un Alien no es poca cosa. Te corroe por dentro y te da un rollo intravenoso que te obliga a decir cosas como "toda la galaxia es facha", "ustedes no entienden lo que pasa aquí", o la mejor: "queremos una galaxia sin corrupción". Y todos sabemos que para que haya una galaxia sin corrupción lo primero que se tiene que hacer es no votar a corruptos. Pero da igual. Esa confusión también la padecen los Predators.

Lo mejor de todo es cómo los dos grupos defienden la democracia. Unos impiden la reunión de personas para hablar del tema. Citan a alcaldes Aliens para declarar ante el juez y amenazan con detenerlos en nombre de su democracia, parecida a la democracia de Darth Franco. Sólo les falta una buena Estrella de la Muerte. Y mientras, los otros, defienden la democracia dejando de lado las minorías de su parlamento, saltándose leyes como quien vive en un barranco. Esa democracia tampoco la entiendo demasiado pero, como dicen ellos: los demás no comprenden lo que allí ocurre. Quizá, y esto es una reflexión sin importancia, ellos tampoco comprenden cómo se ve todo esto desde más allá de Casiopea.

Nada, que al final es un "tigres, leones, todos quieren ser los campeones", y los que somos más de E.T vemos esto con cierta preocupación. No es por si se rompe la galaxia, que mira tú, hasta ahora pensaba que se expandía, sino por si al final algún Predator vaya a levantar la mano más alta que la otra, o si a algún Alien se le vaya a ir la pinza y atraviese la cabeza de alguno con su boca larga y mortal. Que cuando se calienta a las masas siempre hay uno o dos primos que se vienen arriba. Si eso llegara a ocurrir la película dejaría de tener gracia. Por ahora es bonito ver cómo los dos bandos mienten más que hablan y dicen cosas que se le pueden achacar a ambos perfectamente.

Y esto es todo, grosso modo. Ahora se prepara una batalla interesante el 1 de octubre, con más efectismo que otra cosa. Y a ver si pasa ya, que uno está deseando saber cuánto nos han robado mientras este acaparamiento informativo nos seca el cerebro. De cualquier forma, no me hagan caso, qué voy a saber yo de este asunto si no soy ni Alien ni Predator, si sólo soy un ewook, de gruñido seco y equidistante, mezclado con stafford.