La mayoría de los evacuados de este sábado en La Restinga, al igual que en la primera ocasión, se dirigieron a segundas residencias y domicilios de familiares o amigos. Fueron sólo unas 45 personas las que precisaron ser acomodadas por parte de los responsables de los servicios de emergencias. Todas ellas se pudieron instalar en la Residencia de Valverde y, dado que para la mayoría no era la primera vez, el trámite de la llegada fue más fluido y menos traumático que el vivido tras la primera evacuación y algunos de ellos incluso hacía apenas una semana que habían regresado a sus casas.

Siempre son difíciles las cosas la primera vez y es de agradecer en este caso la experiencia previa. Julio Cedrés es uno de los novatos. Él no vive en La Restinga pero se ha dado la coincidencia de que el sábado fue evacuado de su casa en Frontera. Fue uno de los vecinos que debieron abandonar su casa en la zona de Los Polvillos, próximo al poblado de Guinea y el Lagartario por el riesgo que corrían de ser alcanzados por algún desprendimiento del risco próximo a sus casas. Junto a él precisaron de alojamiento dos familias que en el día de ayer se trasladaron de nuevo a El Golfo gracias a las gestiones del Ayuntamiento de Frontera, que les ha facilitado el alojamiento en unos apartamentos no muy lejos de sus casas.

Gestiones

Julio ha preferido quedarse una noche más en la residencia ya que hoy debía realizar algunas gestiones en la capital y, al no disponer de vehículo, ante la posibilidad de poder quedarse en la residencia ha preferido hacerlo así.

La resignación es la nota dominante en este traslado pero en los casos más desafortunados se combina con un sentimiento cercano a la desesperación. Cuando algunos poco a poco trataban de recuperar, si es que es posible, la rutina diaria, han sufrido este nuevo golpe que les hace dar un par de pasos hacia atrás. Los menos afortunados vuelven a pasar por un trauma que revive el inicio de su peor pesadilla. A raíz de la primera evacuación y todo lo que ésta implicó, perdieron sus empleos y, a día de hoy, se están quedando sin ahorros y lo que es peor, sin ninguna esperanza de "ver la luz al final del túnel". Hay un nuevo factor en esta evacuación que puede ayudar mínimamente a sobrellevar por unos instantes la situación: las espectaculares imágenes que el Volcán de Las Calmas ha ofrecido este fin de semana.

Jesús Ascanio fue evacuado de La Restinga el sábado. En el momento de recibir el aviso se encontraba presente en una reunión convocada entre los vecinos en la plaza del pueblo. Comenta que justo cuando el alcalde de El Pinar iba a responder a la pregunta de los presentes, les interrumpieron y avisaron de la orden de evacuación. No tuvo la opción de ver nada del nuevo fenómeno, sólo fue a casa a recoger las maletas que tenía preparadas y se desplazó al punto de agrupamiento (campo de fútbol) ya que no disponía de vehículo para desplazarse.