La banda venezolana de ska Desorden Público desembarca por primera en Las Palmas de Gran Canaria con la gira Bailando sobre las ruinas, título además de su último disco de estudio publicado el pasado año. La formación pisa mañana sábado la Isla, con un concierto en la sala The Paper Club, en Remedios nº 10, a las 23.00 horas, en el arranque de una gira nacional que cotempla otras dos fechas en territorio peninsular: el domingo 29, en la sala Up & Down, en Barcelona; y el lunes 30, en la sala But, en Madrid. Además, hoy viernes, Desorden Público actúa en Lisboa, en Estudio Time Out, y complata su periplo europeo el próximo martes 31 de octubre en Madeira, para continuar en gira ya en México los días 4 y 11 de noviembre en Monterrey y Guadalajara, respectivamente.

La banda es toda una institución en el mercado latino, y referente internacional en el ska latino, estilo al que se debe Desorden Público desde que en 1985 prendiera en un grupo de amigos el excitante sonido del ska jamaicano, y la explosión que este ritmo tuvo en Inglaterra, el movimiento Two Tone.

Tras la gira que realizó la banda en 2016 por Latinoamérica y Europa, Desorden Público ha vuelto a la carretera con motivo del lanzamiento de Bailando sobre las ruinas, donde ahonda en su paleta de sonidos del ska fusionados con ritmos caraqueños. Este trabajo producido por Francisco Coco Díaz, miembr del grupo, fue grabado en medio de la gira 30 años de Desorden, su proyecto discográfico anterior y de homenaje a su trayectoria, y muestra un notable refrescamiento del muy consolidado sonido de la banda.

Bailando sobre las ruinas es el octavo disco de estudio de Desorden Público, cuyo título designa tanto a la crisis que asuela su país como a la que sacude los cimientos de la cultura y la música, según el propio grupo.

Horacio Blanco (voz y guitarra), José Luis Caplís Chacín (bajo y coros), Danel Sarmiento (batería y coros), Oscar Alcaíno (percusión), Francisco Coco Díaz (teclados y coros), William Guzmán (guitarra y coros), Hector Hernández (saxo), Luis Blanco (trompeta) y Terry Bonilla (trombón), son la formación de Desorden Público.

Esta coctelera sonora donde el ska es el sustrato sobre el florecen otros ritmos igual de festivos, tiene su origen en Caracas en 1985. No le falta razón a la banda cuando se presenta como "el primer y más importante proyecto ska -y una de las bandas pop más grandes- de la historia musical contemporánea de Venezuela, además de ser una de las propuestas de ska latino más sólidas de la actualidad". Sus grabaciones de estudio, los directos y el seguimiento y cariño que les brinda el público, así lo demuestra. Los fundadores de Desorden Público son Horacio Blanco y José Luis Caplís Chacín, que decidieron cambiar su rol de Dj's por el de músicos con banda tomando como nombre un juego de palabras a partir de los camiones del Orden Público de la Guardia Nacional venezolana.

El punk, ska, reggae y new wave con que Horacio y Caplís armaba sus sesiones, terminó siendo el componente musical de Desorden Público. Al tiempo, la incorporación de otros músicos, entre los que permanecen en la actualidad Danel Dan-Lee Sarmiento y Óscar Oscarello El Magnífico, contribuiría a ir forjando un sonido propio y marcada personalidad. "Para 1987, Desorden Público es un septeto muy Two Tone", explica la propia banda.

El debut discográfico llegaba en 1998 con un trabajo de título homónimo. El resultado fue "un sonido sencillo y crudo, y unas letras directas cargadas de crítica política y humor negro", que los situo rapidamente en el mapa, con las primera giras por Venezuela, además de su primera salida del país con destino a República Domicana.

El cambio de década propició una apertura musical de Desorden Público hacia la cumbia, salsa, boogaloo, merengue, soul, jazz y funky, todo ello pasado por el filtro latino, y cuyo resultado fue el segundo disco En descomposición (1990) . El grupo eleva el tono y la crítica social y la denuncia impregnan buena parte de su discurso musical. Luego llegarían trabajos como Canto popular de la vida y muerte (1994), el histórico Plomo revienta (1997), ¿Donde está el futuro? (1998), Diablo (2000), Estrellas del Caos (2007) y Los Contrarios (2011), entre otras rarezas y recopilatotorios. Ahora, es tiempo de Bailando sobre las ruinas -título que evoca la situación de Venezuela- y de hacer coros a canciones como A mí me gusta el desorden, Los zombis están de moda y Se soltó la bestia, o antiguas como Danza de los esqueletos.