La figura del intelectual canario Manuel Alemán, la aplicación del Concilio Vaticano en Canarias, los años setenta y la implicación de los grupos católicos en la Transición y la influencia en José Alonso del filósofo Emmanuel Lévinas centran esta segunda entrega de las conversaciones.

ENCUENTRO

Manuel Alemán

"Mi primer contacto con Manuel Alemán [intelectual religioso canario, con formación cosmopolita y autor de un pionero estudio antropológico, Psicología del hombre canario] fue cuando entré en el seminario. Era el ayudante del prefecto. Era muy amable, cercano, cálido. Le pasaba a todo el mundo con él. Y ya tenía fama de muy listo y piadoso. Luego él se ordenó en Teror en 1954 -me acuerdo que vino de Agaete toda la familia en el camión del padre [risas]-, y al año siguiente Pildáin, que lo quería con locura y lo valoraba, lo mandó a estudiar a Roma, donde se licenció en Teología. A su vuelta el seminario pasa a Tafira, que acaba de terminarse el edificio, y Manolo es nombrado rector, siendo el más joven de España. Y en su toma de posesión Pildáin lo nombra canónico, siendo también entonces el más joven de España. Tenía 27 y ya se había ordenado con 23, para lo que fue necesario pedir dispensa por la edad. Fue profesor de Teología Kerigmática y Espiritualidad, pero lo fundamental era su perfil de formador religioso, sus reuniones... Y ahí se da una etapa muy floreciente del seminario. El fue acompañante de todo mi proceso, lo que antes se llamaba padre espiritual, y ahí le debo bastante. Él tiene una primera etapa, que se suele ignorar, y que es ésta: Manolo formó a toda la generación de curas que puso el concilio en marcha, los que tuvimos que batirnos a muchos niveles".

MOVIMIENTO

Acción Católica

"En esos años sesenta otro fenómeno importante que Manuel Alemán impulsa es la implantación de los movimientos apostólicos de Acción Católica, con lo que salíamos preparados con la metodología para trabajar evangélicamente en los distintos ambientes sociales. Bueno, esos movimientos fueron importantes luego en la Transición política española: la JOC, la JEC, que había quien la llamaba Juventud de Estudiantes Comunistas, pero no, era de Estudiantes Católicos, la HOAC, que es de donde luego salen los llamados movimientos de base, los curas obreros... Íbamos por los barrios a dar charlas con la gente y eso entonces era una revolución. Se representaban obras de teatros... yo hice en Hamlet de Claudio, rey de Dinamarca, claro que le quitábamos a las mujeres, imagínese usted a un Hamlet sin Ofelia y sin la Reina, cuando toca citarlas venía un mensajero y decía "he visto a la bella Ofelia paseando por el jardín" y Hamlet se asomaba a la ventana y comenzaba a describirla, y pasaba Ofelia. De todas formas, el compromiso con los pobres, con la desigualdad social, de Manuel Alemán era más una posición teológica y teórica, pues vinieron después otros curas que fueron mucho más comprometidos, pero él sabía transmitirla".

TENSIONES

Infantes Florido

"En la etapa de Infantes Florido se produjo una situación de tensión en el seminario que, por otra parte, fue generalizada en toda España. Los profesores mayores, contrarios al Concilio, lograron arrinconar a los que habían venido de Comillas, jóvenes y abiertos, y al final muchos seminaristas se fueron a Granada. Infantes Florido le fue quitando a Alemán los cargos y él se acabó yendo a Madrid, donde estudió Psicología y sacó la tesis doctoral de Teología, dio clases en Comillas y trabajó en la Conferencia Episcopal, en el secretariado de seminarios, lo cual era una bofetada sin manos a Infantes Florido. Luego volvió y, de hecho, el compromiso social en Manuel Alemán toma cuerpo en la última etapa, cuando escribe su libro".

LA LAGUNA

Filosofía y Letras

"Estando ya de profesor en el seminario, inicié mi carrera civil, universitaria, en La Laguna, iba y venía, pero, en realidad, cuando hubo que optar, quería Historia del Arte pero en ese momento el Obispo Pildáin me nombra profesor de Filosofía en el seminario y, claro, tuve que optar por Filosofía, que no había en La Laguna, con lo que me fui a Navarra, estaba medio curso allá y medio de profesor en Tafira. En 1970 terminé y volví a La Laguna para hacer el doctorado con una tesis sobre Emmanuel Mounier [un filósofo cristiano con gran acento social]. Pero leyendo a Mournier descubro a Emmanuel Lévinas [filósofo judío que reconstruye una ética a partir del pensamiento de la alteridad y de la relación con el otro], y me pasé a Lévinas; pero no terminé, pues en 1982 surgió la oportunidad de ir a Madrid cuatro años como conciliario nacional de la JEC. Recuerdo que un amigo, muy simpático, me dijo cuando acabé esa etapa: "Mira, de aquí no se sube, a no ser que seas tonto y te hagan obispo" [risas], porque claro la jerarquía se cuidaba muy mucho de seguir ascendiendo a personas de Acción Católica. Y en esa época paso temporadas en París, pues retomé la tesis en Madrid sobre Lévinas con Manuel Maceiras, un gran experto en todo el pensamiento francés, me traía de Lévinas mucho material y practicaba el francés de paso. Pero no tenía tiempo y elegí la JEC, que al final fue mi gran tesis, pues pude conocer los grandes problemas de la época, porque también viajaba por Europa, y aquella etapa fue una apertura a otros estilos de pensamiento, como la propuesta italiana del diálogo fe y cultura, que en aquel entonces la Fuci, del que Aldo Moro fue una etapa su presidente, era el gran exponente europeo".

LOS SETENTA

La Transición

"Sí, es verdad, nos hemos saltado los años setenta de pronto, que son fundamentales. En las Islas había un panorama de grupos católicos de base y yo formé en la Casa del Marino una comunidad litúrgica que a veces no cabe la gente en la capilla, con un estilo litúrgico nuevo. Allí iba gente que eran y fueron luego profesionales reconocidos y dirigentes de la izquierda canaria, católicos. Pero la gente se fue yendo a estudiar a La Laguna y al final un día decidimos extendernos también a La Laguna, como comunidades profesionales, y tuvimos funcionando hasta seis o siete pisos en donde se vivía, además, una vida comunitaria y fondo común de dinero. Allí estuvieron gente como José Mendoza, José Miguel Pérez [actual vicepresidente del Gobierno canario], Augusto Brito, Marino Alduán, Evelia Lemes, Marga Rojas, en fin... Y luego se nos unió Oswaldo Brito". Y en Las Palmas estaban Juan Manuel Suárez del Toro [presidente de la Caja de Canarias/Bankia], Teresa Cuyás y otros muchos. Y de ahí contactamos con los grupos que estaban trabajando con la aparcería en el sur, con el PCE, que era lo más potable en Canarias, aunque del PSOE venía Luis Fajardo. Allí, claro, tuvimos redadas policiales, por nuestras implicaciones sociales y políticas. De ahí, y de una serie de encuentros en el Sagrado Corazón, surgió Achamán, una coordinadora de grupos cristianos de Canarias que cumplió un papel importante en la Transición en las Islas. El primer documento que discutimos lo recuerdo, fue un texto de Felipe Bermúdez titulado "Canarias, tarea histórica", con un dibujo en la portada de Juan Fernando López Aguilar [eurodiputado y ex ministro], que era entonces estudiante en el Pérez Galdós y se le encargó porque supimos que dibujaba muy bien".