El catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), Juan Fernando López Aguilar, expresó ayer su convicción de que "una manera de rendir tributo serio" a la Constitución de 1812 es "perder el miedo" a reformar la actual Carta Magna. "La Constitución de 1978 corre el riesgo de envejecer sin haberle permitido nunca expresar su madurez", dijo.

"Por eso, es necesario reformar un buen numero de aspectos" del texto, añadió López Aguilar en la sede institucional de la ULPGC durante su intervención dentro del ciclo de conferencias que conmemora el bicentenario de la Constitución de 1812, popularmente apodada La Pepa.

El también eurodiputado del PSOE y vicepresidente del Grupo Socialista Europeo pronunció ayer la conferencia La separación de poderes y Justicia en la Constitución de 1812.

López Aguilar defendió que la "plena normalización de nuestras constantes vitales democráticas" implicaría el reconocimiento de la necesidad de la acción reformista.

"A mi juicio", explicó, "hace ya tiempo que la Constitución española va pidiendo a gritos eso. Corremos el riesgo de que para una generación de jóvenes que no pudo votarla por que ni siquiera estaba viva cuando entró en vigor, para esa generación, pierda su capacidad de integración y de movilización".

A diferencia de lo que ocurrió con los constituyentes autores del texto del siglo pasado, "un punto y aparte, y especialmente feliz en la historia política española", los 184 diputados que en 1812 aprobaron la Pepa no tuvieron un final con igual reconocimiento, siquiera para sus propias vidas.

Al respecto, López Aguilar reflexionó acerca de esos "destinos poco conocidos, pero dolorosos"."La mayor parte de quienes se involucraron en la acción constituyente de 1812 murieron mal; la mayoría sufrió persecución, cárcel y tortura", señaló para subrayar el legado de aquellas Cortes que consiguieron a su juicio "un momento glorioso de la historia de España".

Extenso

En cuanto a los aspectos estrictamente legales, el catedrático de Derecho Constitucional se refirió a la propia composición del texto aprobado el 19 de marzo de 1812. "Se trata de un texto muy prolijo, muy extenso. Con diez capítulos que recogen los grandes principios del constitucionalismo pero, al mismo tiempo, encierra el desarrollo de lo que serían ahora varios reglamentos normativos".

En palabras de López Aguilar, "un nivel de detalle impropio de la literatura constitucional, en el que abunda la letra pequeña".

Un resultado que, en su opinión, ofrece uno de los "escasos momentos donde podemos sacar pecho" y que supuso "un resultado muy notable" al incorporar a España a la vanguardia del constitucionalismo de la época.

Algunas de las singularidades que ayudan a forjar esa opinión tienen que ver con la fijación que de los poderes legislativo y judicial hizo la Constitución de 1812. "Dedica varios artículos a reafirmar el principio de soberanía nacional y la separación de poderes", recordó el catedrático quien destacó, además, el "paso de gigante" que supuso en el texto incluir la imposibilidad de que el rey disolviera el parlamento. "Ya no dependía del capricho del monarca", dijo.

Por lo que se refiere al modelo judicial, López Aguilar subrayó el espíritu constitucional de posibilitar un poder independiente. "Todo el título quinto, con más de 60 artículos, se dedica a ello. Parte de ese texto serían ahora las órdenes que emite el Consejo General del Poder Judicial", explicó el catedrático de la Universidad grancanaria.