El sector del libro resiste el embate de los formatos digitales y el cambio de hábitos en los lectores. Con una caída en las ventas entre un 20 y 25 por ciento, una cuota que se ha mantenido constante en los últimos años, el gremio de libreros en Las Palmas encara el Día del Libro, que se celebra hoy, con "moderado optimismo" a la vez que se reivindica el papel de las librerías como "generadoras de cultura" en el entorno en que se ubican.

"La bajada de las ventas es una realidad y la presencia del libro electrónico es todavía anecdótica", explica Antonio Rivero, responsable de la librería Canaima en la capital grancanaria y presidente en funciones de la Asociación de Libreros de Las Palmas. Rivero, que asumió el cargo tras el fallecimiento de Francisco Sarmiento en diciembre pasado, asegura que esta situación es fruto de un retraimiento del consumo en general, si bien el sector editorial ha logrado mantener el negocio de acuerdo al nuevo perfil lector y reduciendo el margen de negocio de hace años.

"Curiosamente la disminución de las ventas en formato físico no se ha visto compensada por un aumento de la demanda de los formatos digitales, que también comercializamos", apunta Antonio Rivero. "El lector se ha vuelto más selectivo y lo que es una realidad es que cuando tienes el mismo producto a diferente precio, el cliente se va a la opción barata, en este caso las ediciones de bolsillo porque no es lo mismo pagar 20 euros que 9 euros".

La crisis no se ha llevado por delante al grueso de librerías de la Isla, como cabría esperar. En la actualidad están censadas unas 91 en la Asociación de Libreros frente a las 147 de hace un par de años. Según Antonio Rivero, "muchos se han dado de baja al no disponer de convenio de la tarjeta escolar para los libros de texto, otros han cerrado el negocio por jubilación e incluso se ha abierto alguna librería nueva, sin duda algo extraordinario para estos tiempos". La pérdida de empleo en el sector es una realidad: a menor facturación, menos plantilla se necesita.

A nivel nacional la situación adquiere tintes "dramáticos", tal como expresó ayer la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros (Cegal), que agrupa a unas 1.600 librerías españolas. Con un descenso en la facturación similar a la cifra canaria de un 25 por ciento, las ventas el pasado año sumaron unos 500 millones de euros, sin que ello suponga un colchón económico que garantice la supervivencia del negocio ni el mantenimientos de los 13.000 trabajadores del sector. Según informa Efe, la patronal de los libreros ha solicitado al Gobierno que se tome "en serio" a un sector estratégico para la cultura que acusa la falta de apoyos económicos y la competencia de los grandes operadores de venta de libros que no tributan en España.

Descuentos

El Día del Libro, con los descuentos de un 10 por ciento sobre el precio de venta habitual, es una jornada en la que espera un ligero repunte en la afluencia de clientes. En este sentido, Antonio Rivero opina que los libreros "deberíamos hacer más campaña", sobre todo en el papel que desempeñan estos establecimientos como generadores de actividad cultural y económica en el barrio y ciudad en la que se ubican. "Lo ideal sería que el lector compre aquí lo que se puede tener en plaza porque las librerías estamos capacitadas para ello", asegura.

Eventos como la Feria del Libro no salvan el año, pero es una oportunidad para ocupar espacios públicos, insistir en el fomento de la lectura y fidelizar a nuevos clientes. "La Feria del Libro de este año está en el aire", subraya Antonio Rivero. A celebrar entre el 29 de mayo y 2 de junio en el entorno de Triana y Vegueta y no en el parque de San Telmo, este año será más corta en tiempo con una "propuesta más ambiciosa", según Rivero, en sintonía con los empresarios de la zona para aprovechar el festivo del Día de Canarias y el primer domingo de junio con la apertura de comercios y locales de restauración.