Quince escritores isleños suman fuerzas contra la violencia machista en un libro de relatos actuales, con el fin de concienciar sobre esta lacra social y recaudar fondos para sus víctimas. Presentado ayer en la Clínica Vithas Santa Catalina, Hakawatis de hoy: Canarias contra la violencia de género es la segunda fase del proyecto 2012-2020 impulsado por la Asociación de Comunicadores de Canarias por la Igualdad (CoCai), para sensibilizar a alumnos de Secundaria y a la ciudadanía de las Islas sobre las múltiples caras del maltrato contra la mujer en cada uno de los cuentos, como la violencia psicológica, acoso laboral, mutilación genital, prostitución, esterilización obligada. El compromiso con la sociedad y con la literatura unió a autores consagrados como Emilio González Déniz, Berbel, Santiago Gil, Ángeles Jurado, y noveles como Elizabeth López Caballero y Guadalupe Martín, entre otros, que acercan el tiempo, el espacio y el lenguaje de la narración al Archipiélago actual. Los ejemplares de la primera edición irán dirigidos al personal del centro hospitalario de Santa Catalina y estará disponible en formato digital para el público general en diciembre.

El prólogo de la doctora en Filología Hispánica Blanca Hernández Quintana lanza el mensaje positivo del proyecto Hakawatis (contadores de historias) de hoy. "Se puede superar el miedo. Hay muchas mujeres que han podido escapar de la violencia machista. Es posible desacostumbrarse del temor y afrontar con valentía el camino de salida de esta situación de opresión. Todas estas historias deben ser contadas y escuchadas, porque forman parte de la vida real", leyó en voz alta Nanda Santana, directora del proyecto. La psicóloga Fran Galante emplea este libro como una de las herramientas pedagógicas principales en los centros de Secundaria isleños, junto con una muestra fotográfica, para que los adolescentes reflexionen sobre la violencia de género. En un futuro CoCai quiere impartirlos en educación primaria e infantil.

José Luis Correa, coordinador de esta colección de relatos, conoce de cerca la actitud de los jóvenes ante la violencia machista. Comenzó a realizar talleres pedagógicos a mediados de los 80 en institutos. Ahora como profesor de Didáctica de la Lengua y la Literatura en Magisterio de la ULPGC, sigue viendo una mentalidad muy conservadora en los estudiantes. "Empiezan con un broma como 'yo llego a casa y tengo que tener la cena hecha' y debajo de la broma, la verdad asoma. En los talleres ves pequeños detalles que no te cuadran, alumnos con los roles [de género] muy marcados", subrayó.