Dicen algunos de los primeros visitantes de la estrenada exposición Un espacio para un legado, ayer en la Fundación Negrín de la capital grancanaria, que por fin se han despejado mitos y se ha hecho justicia a la figura de Juan Negrín (1892-1956).

Esa era la intención del patronato de esta institución, para mostrar a la sociedad parte del vasto legado de este ilustre grancanario todoterreno, no sólo en su faceta como político si como eminente investigador científico, docente universitario, que ya con 14 años apuntaba alto en el Instituto General y Técnico de Canarias (ahora Cabrera Pinto, en Tenerife) con un expediente de Bachillerato que rozaba la excelencia. Ubicada en el número 30 de la calle Reyes Católicos, puede ser visitada de forma gratuita hasta el 3 de marzo.

Lo que hace casi tres siglos era principalmente un recinto militar, primero como Cuartel de los Reyes, artillería y luego de caballería, convertido en 1930 en la famosa Caja de reclutas para que miles de canarios cumplieran el servicio militar obligatorio, se transformó en los años 80 y 90 en un espacio civil: Escuela de Folclore y Escuela Taller Vivir Vegueta.

En la actualidad, es un espacio cultural, en cuya entrada a mano derecha el visitante puede visionar el carácter meticuloso de Negrín, a través de dos cajones parisinos y dos baúles que contienen varios objetos personales, como su brocha de afeitar, su distintivo sombrero y gafas, o un libro de anatomía.

Pero lo que más atrae las miradas de curiosos es la sala principal, por los documentos inéditos mostrados, que forman parte de ese vasto fondo de más de 150.000 unidades que están bajo guardia y custodia de la Fundación, ya escaneadas y en proceso de catalogación, y que serán claves para despejar mitos como el famoso oro de Moscú.