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Una angustia que puede ser creativa

Varios cantante canarios quitan hierro al miedo escénico, que en su caso se reduce a los nervios previos al concierto o la inseguridad ante un evento importante

Una angustia que puede ser creativa

El miedo escénico es una sensación que, afortunadamente, no se ha producido con frecuencia entre los cantantes canarios. Distintos artistas de las Islas reconocen que pocas veces han tenido que pasar por ese angustioso trance, y que a lo máximo, todo se ha reducido a los nervios habituales de antes de salir al escenario o a algún caso de tener que retirarse con una indisposición. Es más, la mayoría lo ven como todo lo contrario, y consideran al escenario como una terapia para sus problemas y un lugar reconfortante y adictivo en el cual sienten una mejoría física.

Es el caso de Olga Cerpa, cantante de Mestisay, que señala que "nunca he experimentado el miedo escénico. Cierta inseguridad antes de salir, sí. Pero que sea invalidante como en este caso, nunca". La cantante opina además que eso es un problema médico y que, en su caso, siempre que sale al escenario, después de los primeros compases del primer tema, "me vengo arriba, me apasiono, y espero que siga siendo así".

La única incidencia que la cantante recuerda haber tenido es retirarse por un ataque de tos momentánea. "Sé que el miedo escénico existe no solo en los cantantes. Y creo que principalmente sucede cuando alguien no tiene costumbre de hablar en público. Tiene que ser algo angustioso. Pero una vez que pasan los minutos iniciales, a mí me sucede lo contrario, me siento muy cómoda con la gente". Para Cerpa se trata de un problema grave ya que conoce algún cantante que ha tenido que retirarse durante un tiempo, pero que con terapias adecuadas ha podido arreglar el problema. "Eso de mirar a la gente y decir 'no puedo', debe ser angustiante. Pero la gente que conozco sólo hablan del nervio inicial. Diez minutos antes te preguntas 'qué hago yo aquí', y cinco minutos después todo es placentero".

Ginés Cedrés, cantante de Los Coquillos, opina, por su parte, que el miedo escénico es algo que tienes siempre. "Pero está lo que se llama ese momento en que pisas el escenario y que se te quita". Cedrés admite que puede que haya existido algún momento en que se ha quedado bloqueado, "pero tanto como no querer dar un concierto, y pensar 'tengo miedo, no quiero subir allí', no". El cantante añade que sí hay nervios momentáneamente, por lo que suele hacer un poco de zen, yoga, estiramientos, calentamientos y olvidarse de todo. "Hay un momento de tensión justo antes de salir al escenario bastante grande. Pero me parece hasta positivo. Si yo fuera tranquilo y resuelto, sentiría que no me emociona el escenario. Te dicen '5 minutos' y te cagas y te meas. Soy una persona muy tímida, pero en un escenario sí me atrevo a decir cualquier cosa".

Cedrés llega hasta el punto de reconocer que muchos cantantes lo usan como terapia. "Cuando están enfermos, o embajonados, se suben al escenario y se les desaparece. Les entra un aumento adrenalina y dopamina que les quita todo el malestar. Y lo más increíble es que luego terminan de cantar y se ponen malos de nuevo", añade.

La cantante de jazz y soul, Esther Ovejero, se muestra en la misma línea que sus compañeros. "Eso del miedo escénico no me ha pasado nunca", reconoce. "El otro día estaba un poco nerviosa, me quedé en blanco y no me acordaba de la música ni de la letra. Pero justo en el momento en que tenía que cantar me acordé. Y eso fue lo más desagradable. Pero sólo me ha pasado una vez. Por tanto, nunca he tenido miedo de 'no voy a poder cantar", afirma. Ovejero señala que la primera canción es siempre la que le da más miedo, y ese suele ser el único momento en el que salen las posibles dudas. "Pero es algo muy raro", señala. "Solo he sentido algún miedo si se trata de un concierto importante".

Iván Torres, cantante de Efecto Pasillo, señala que "llegar a ese nivel de tener que parar un concierto no me ha ocurrido nunca, sólo ha sido lo típico, los nervios en alguna actuación más que otra". Torres sólo reconoce haber tenido cierta incomodidad en algún plató de televisión. "He sentido cierta fatiguilla cuando hay focos y se crea un cierto calor, por el exceso de baile, pero por suerte no hasta ese nivel". Finalmente, y en el terreno de la música clásica, el tenor tinerfeño Celso Albelo se muestra igual que el resto de los músicos, ya que también afirma que "nunca he tenido miedo escénico. Quizás solamente la típica tensión antes de salir, pero miedo nunca".

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