El Museo Egipcio de Turín (norte de Italia), uno de los templos mundiales de esta civilización, fundado en 1824, reabrió ayer sus puertas al público, después de tres años y medio en obras y una inversión de 50 millones de euros, con el objetivo claro de convertirse en un punto de referencia a nivel mundial. La institución posee la segunda colección de joyas egipcias a nivel internacional, después de la de El Cairo. Y además, ha logrado a lo largo de su historia hacerse con un puesto privilegiado entre los diez más vistos de Italia.