¿En qué mejoran los nuevos doctorados?
Uno de los cambios es la exigencia de publicar alguna contribución en revistas de impacto. Algunos programas antiguos lo habían establecido como requisito para autorizar una tesis. Ahora es una norma y este es un cambio notable y favorable. Otra de las diferencias es la duración de los estudios. No se trata de eternizar el desarrollo de una tesis. Debe haber una continuidad y es bueno que haya un tiempo limitado para desarrollarla: cuatro años en el caso de los estudios a tiempo completo y cinco en los que son a tiempo parcial. Además una novedad muy sustancial, que interpreto como una ventaja, es el control o la supervisión colegiada de los doctorandos. Hasta ahora dependían de una dirección muy individualizada por sus responsables de tesis. Ahora van a disponer de un tutor que se va a encargar de supervisar la parte académica, un director que puede ser el propio tutor aunque no necesariamente tenga que ser así, su responsable y guía científico.
Un vínculo más objetivo y menos endogámico.
Sí. Se reduce la endogamia y el fracaso porque la tasa del modelo antiguo era altísima. Podía esta ren algunos casos en el 70% ó el 90%. El compromiso en nuestro programa de doctorado es tener una tasa de éxito del 70% porque se entiende que el nuevo sistema de supervisión va a ser mucho más eficaz con la participación de una comisión académica que tiene varios papeles que jugar. Primero, valora cada año el progreso del doctorando; es la que le asigna un tutor y un director que pueden ser modificados si no hay una evolución adecuada y además aprueba el plan de investigación. Si en este caso hay un informe negativo se tiene que volver a presentar. Y si continúa sin ser aprobado el estudiante deja el programa de doctorado y no puede volver.
¿Que se ha dejado pendiente la reforma?
Yo, sinceramente, estoy bastante satisfecho con lo que se ha hecho en general. Los programas son mucho más flexibles, las actividades son variables y se establece un documento personalizado en función de la línea de investigación escogida y el perfil académico de cada estudiante. Es una ventaja. A nivel nacional hay muy poco reconocimiento social y empresarial del grado de doctor y no sé si es fácil desde el punto de vista legislativo resolverlo. Pero desde el punto de vista normativo, por ejemplo, ¿por qué no se establece en las oposiciones del Estado o de las autonomías un reconocimiento suficiente?. Es que a veces opositar para un instituto siendo doctor es casi lo mismo que haber hecho unos cuantos cursos no universitarios. Ese reconocimiento es el que falta en todas las oposiciones. El ser doctor en medicina, por ejemplo, prácticamente no te aporta nada respecto de un licenciado que haya hecho el MIR.
¿Con los doce programas que se ofertan el nuevo curso la ULPGC ya cubre su oferta a medio o largo plazo?
Falta el decimotercer programa, en Calidad Ambiental y Recursos Naturales, que se presentará para su verificación antes de noviembre para que pueda ofrecerse en el curso 2016-2017. De esta manera queda completa la oferta teniendo en cuenta los recursos disponibles actuales, humanos y materiales. Podría reestructurarse con la fusión de algunos en el futuro para ser más potentes. Además hay un área en esta universidad que necesita un impulso para que pueda tener un programa de doctorado que es la de Ciencias de la Educación y Psicología. En ese ámbito sería muy importante establecer en el plazo más breve posible, si no tenemos las condiciones en este momento para tener un programa, las sinergias adecuadas con La Laguna u otras universidades.
¿Otra línea de novedad sería la de los doctorados industriales que son tendencia en algunas universidades?
Hay que pensar que los industriales no son un tipo de programa sino que dentro de estos algunas tesis se desarrollan con participación de empresas. Un doctorado industrial no tiene ese carácter. Lo es si algunas de las tesis se realizan en colaboración con empresas. Incluso el término industrial no es muy afortunado porque remite al sector industrial y podemos estar hablando de turismo u otros sectores económicos.
¿Sería entonces más un desarrollo transversal en cualquier programa?
En realidad el nombre es un sistema de subvenciones para que algunas tesis doctorales se hagan con empresas. Estas perciben además de la ayuda, determinados beneficios fiscales por la contratación del doctorando durante el período de estudio. Parte del doctorado se va a desarrollar en la empresa y además aporta un supervisor. Esta es una de las cuestiones que está costando más porque no siempre es fácil encontrar un doctor en una empresa.
¿Cuándo podrían hacerse en la ULPGC?
Ya ha habido algunos que podrían haber optado a esa subvención. Se trata de una estrategia más para poner en contacto a la universidad con el mundo empresarial.
¿Cuánto cuesta formarse como doctor?
En cuatro años el coste sería en torno a mil euros. Eso es lo que paga el estudiante pero a la univesidad le cuesta mucho más porque se pone a su disposición material, infraestructuras, etc. Pero aún así el balance es positivo pues los resultados de esa formación son los que nos ponen en el escaparate de los ranking, los que nos permiten presentar tesis leídas, sexenios, congresos.
¿Cómo combatir el desaliento de quienes se forman como nuevos investigadores mientras se vive una realidad de recortes a la ciencia y exiguos salarios?
No voy a poder decir más que la verdad. Creo que no hay forma de combatirlo. Yo no veo que exista, más allá de que la gente quiera hacer un doctorado porque le gusta la investigación y lo elige a pesar de los pesares, con sacrificio personal. El propio real decreto de 2011 menciona que se debe reconocer y proyectar hacia el tejido productivo a los doctores. ¿Qué medidas ha tomado el Estado desde entonces para que puedan insertarse profesionalmente en las empresas? Ninguna.
