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Entrevista.

Tomás Martín: "La profesión de músico es una de las que más riesgos tienen de lesiones"

"Un clarinetista soporta sobre el pulgar un instrumento que pesa un kilo", indica el catedrático

Tomás Martín López. LUISMA MURÍAS

Un buen cuerpo para la mejor alma. El profesor Tomás Martín López es autor de un libro titulado Cómo tocar sin dolor, tu cuerpo, tu primer instrumento. Ejercicios para la prevención y tratamiento de lesiones en músicos, un enunciado extremadamente largo que se ha convertido en la Biblia de la profesión y que refleja con su cadena de proposiciones las múltiples influencias que ha recibido su autor como músico profesional, como profesor en un conservatorio y como multititulado, incluyendo un doctorado en las ciencias y artes del buen hacer corporal, ya que se trata, precisamente, de hacer arte con el cuerpo sin que se lesione o rinda por debajo de la genialidad potencial del alma que lo habita.

Percusionista, catedrático...

Y diplomado en osteopatía articular y masaje terapéutico. Hay osteopatías articulares, sacro craneales y viscerales. Lo mío es la articular que se relaciona mucho con la práctica de la música. Por eso he impartido cursos de prevención de lesiones y de higiene postural a los músicos.

¿Qué problemas ve en su profesión?

Principalmente todo lo relacionado con la ergonomía, con las posturas correctas o incorrectas. Un músico de orquesta pasa 25 horas a la semana sentado con la tensión correspondiente y no solo en los conciertos. Estar sentado y así tanto tiempo es un problema. El primer instrumento del músico es su cuerpo. Hacer un trabajo tan repetitivo se paga. Chorrean sudor que quizá sea lo que ve el público en medio de un panorama de etiqueta, modélico. Los músicos no corremos pero hacemos un ejercicio repetitivo muy duro. Dos horas de concierto y cinco día de preparación y no solo dos horas al día. La necesidad de sentarse bien y coger de forma correcta el instrumento es reciente. La necesidad de sentarse siempre correctamente y coger de una forma adecuada el instrumento es reciente. Hasta hace poco se decían cosas sin fundamento. Ahora se incluye esta ciencia en los Conservatorios para que los estudiantes tengan nociones básicas de las posiciones correctas y así eliminar la posibilidad de lesionarse.

¿La solución es mucho gimnasio?

El ejercicio físico regular es bueno. Con musculatura fuerte un músico se lesiona mucho menos que sin ella. Gimnasio, correr, hacer bicicleta. Todo cuenta de forma positiva. Un par de horas a la semana sería suficiente.

¿Cómo se combate la sordera?

En las orquestas se ponen pantallas entre los músicos. En mi orquesta nos facilitan tapones. El fagot o el clarinete, que están delante de los trombones, tienen un riesgo de hipoacusia muy grande. Es una enfermedad laboral. Estrictamente laboral. Se hizo un estudio con una orquesta muy numerosa y superaba los cien decibelios. Unos ciento diez. Un avión se acerca a cien. Setenta es el máximo aceptable.

¿Una profesión de riesgo?

Todos los músicos estamos en prevención. El 80 por ciento tenemos riesgos de lesiones. La profesión de músico es una de las que más riesgo tiene de lesiones. Pero no se ve. Hacemos repeticiones de patrones de movimiento y nos vamos lesionando. Los que más repeticiones hacen son los de cuerda.

¿Y el peso?

Claro, el peso cuenta mucho. Un clarinetista soporta sobre el pulgar un instrumento que pesa un kilo. El trompón, sobre un hombro y una mano, tres kilos y medio. La trompa, sobre una mano, tres kilos y medio. No hay reglas generales. Los instrumentistas de cuerda sí se llevan la palma en problemas de codo. Los problemas de cuello y espalda, para los que soportan más peso.

Hay lesiones de labio también entre los músicos.

Eso está más relacionado con la distonía focal. Dos de cada cien músicos lo padecen. En todas las orquestas hay casos. Gente que con treinta y tantos años ya se tiene que jubilar. Algo que haces mecánicamente, sin pensar, de pronto ya no puedes. Es traumático.

El gran violinista y director de orquesta norteamericano Yehudi Menuhin predicaba siempre la necesidad de tener el cuerpo suelto y relajado.

Es lo ideal. Menuhin decidió en un momento no estudiar más violín y dedicarse al yoga. Y no fue el mismo, claro. Se hizo yogui, fue uno de las máximos exponentes del yoga en la música, de lo que el yoga puede ayudar a un músico y dejó de estudiar el violín. Pero eso no vale por muy genio que fuese. Los músicos tiene que estudiar durante toda su vida. No es cuestión de hacer yoga todo el tiempo que, ojo, es bueno, relaja, estira músculos.

¿Qué tradición tiene su especialidad?

La primera asociación de medicina del arte es del año 1991, hace como quien dice cuatro días. Nació en Estados Unidos. Las hay ya en varios países como en Canadá, Francia, Inglaterra, Australia y Finlandia. En España todavía no existe. El interés de la medicina por los músicos es reciente. Somos pocos pero también es cierto que nos vemos muy afectados. Al ciudadano medio le choca que nos lesionamos pero hay que considerar que presionamos un dedo y lo retiramos con una recurrencia enorme y encima hay un componente emocional.

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