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Cuarenta años de la muerte del dictador Protagonistas del final del régimen

Marrero Portugués: "Voté contra el Rey pues España debía ir a una república"

El que fuera procurador en Cortes durante el la Ley de Sucesión de Franco de 1969 explica por qué rechazó la restauración monárquica

El grancanario Juan Marrero Portugués durante una intervención como procurador en las Cortes Franquistas. LP / DLP

"Yo siento un profundo respeto a la figura de Francisco Franco, pero en ese momento estaba convencido de que España necesitaba una evolución política". Juan Marrero Portugués, procurador en las Cortes Franquistas, fue uno de los 19 representantes en este órgano del Régimen que el 22 de julio de 1969 votaron en contra de la propuesta del Jefe de Estado, aprobada con 491 avales a favor y nueve abstenciones, para que Juan Carlos de Borbón se convirtiera en su sucesor como príncipe heredero.

Este hijo Predilecto de Las Palmas de Gran Canaria asegura que la admiración hacia la figura de Franco era compatible con el sentimiento de que el régimen tenía que evolucionar. "Yo no me sentía monárquico, como pasaba entonces con muchos canarios, y pensaba que si queríamos una España moderna y de futuro debíamos ir hacia un sistema republicano", expuso éste ayer. "Entonces me equivoqué en el corto plazo, porque resultó que la monarquía permitió la transición pacífica que después se produjo", recalcó, aunque, a continuación, matizó que aún queda por analizar si acertó o falló en el concepto a largo plazo, ya que "España, seguramente, tendrá que evolucionar hacia una república si quiere mantenerse en la tesitura de una estado moderno".

Tras esta negativa y al formar parte de un grupo de procuradores con valores predemocrático, Marrero Portugués y el resto de los que le acompañaban en esta iniciativa constituyeron un grupo dentro del propio Parlamento. "Esto sorprendió muchísimo, pero nosotros nos reuníamos para cambiar impresiones y preparar nuestras modificaciones a las leyes que se presentaban. Madrid, Salamanca y Barcelona acogieron estas reuniones, promovidas por el letrado salmantino Jesús Esperabé de Arteaga, a la que la prensó calificó con el apelativo de Los Transhumantes al moverse de una ciudad a otra.

Marrero Portugués señala que Franco era perfectamente conocedor de estas iniciativas pero que no las interrumpió. El procurador canario solicitó una entrevista personal que le fue concedida. "Era en un momento en que empezaba a percibirse un deterioro físico y me dijeron que solo podía estar 15 minutos, sin embargo la charla duró una hora por su deseo". Marrero Portugués relata que Francisco Franco le preguntó por Canarias, en particular por Lanzarote. "Tenía interés por la Montaña del Fuego, por los vinos y, sobre todo, por los problemas que teníamos entonces en toda Canarias, y que eran gravísimos, con las aguas y que dio paso al proyecto de la desalación".

Aniversario

El 20 de noviembre de 1975, Juan Marrero Portugués estaba en Las Palmas de Gran Canaria pese a que viajaba a Madrid con mucha frecuencia por su labor como procurador en las Cortes. "Recibí la noticia con enorme tristeza", señala. "No tanto por la muerte en sí porque era ya una cosa cantada y que se estaba demorando de manera artificial, sino sobre todo por la desaparición de un personaje que había cambiado la historia de España", asegura el que fuera director de la Caja Insular de Ahorros en Gran Canaria. "La historia de España en el siglo XX hay que analizarla antes y después de Franco", añade.

Marrero Portugués asegura que esta afirmación no es gratuita sino que parte desde el "respeto" y en base a un pensamiento razonado en el tiempo. "Hay que tener en cuenta que Franco fue el primer jefe de estado que conocí y una constante desde que tuvo uso de razón", apunta este Hijo Predilecto de Las Palmas de Gran Canaria, ciudad en la que nació en 1929. "Por lo tanto, era un personaje que desde el punto de vista jerárquico yo admiraba y su muerte, por lo tanto, me produjo tristeza", expone.

Marrero Portugués recuerda que el fallecimiento de Franco produjo cierta tensión social, pero que esta nunca llegó a causar alarma. "Las normas y las disposiciones legales que se habían aprobado servían la base para facilitar una transición pacífica dentro del sistema, que fue lo que ocurrió. Porque siempre pensé, al menos yo, que el sistema tenía que transformase de manera inevitable hacia una democracia", explica para recalcar que durante los días que siguieron a aquel 20 de noviembre se "respiró siempre la tranquilidad de que no iba a pasar nada dramático".

Al día siguiente de la muerte de Franco, Marrero Portugués tomó un avión a Madrid. Ahí visitó el túmulo que se había instalado en el Palacio Real y desistió de acudir al entierro oficial para atender sus responsabilidades en Gran Canaria. Posteriormente, regresó a la capital para asistir al nombramiento de Juan Carlos como Rey.

El que fuera procurador en las Cortes entiende que, con el paso del tiempo, hay que valorar y medir la figura de Francisco Franco por el contexto histórico en el que se desarrolló su trayectoria. "En aquel contexto se hicieron cosas que hoy son inconcebibles, como los sacrificados, los fusilamientos y muchos crímenes horrorosos que se cometieron adornados por los tribunales. Aquello fue disminuyendo y hay que entender un contexto con origen bélico". Además, aseguró que "por lo que se recordará a Franco en el futuro es por haber creado una clase media que nunca existió en este país y que fue lo que permitió la Transición", un logro que Marrero Portugués otorgó al pueblo.

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