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Ruin Records ya es historia

El sello grancanario echa el cierre en el año que se cumple el 20º aniversario de su estreno con Soviet Love

Domingo Alemán en directo como Ruin Man. LA PROVINCIA/DLP

La disquera grancanaria Ruin Records echa el cierre en el año que se cumple el 20º aniversario. Dos décadas de historia y 67 referencias de por medio dejan un legado de categoría que ilustra y documenta el devenir de esta independiente que, desde 1995 hasta 2015 ha sido plataforma de grabación y difusión de los sonidos que ambientan las carreteras secundarias de las islas.

El empeño del músico, compositor y productor Domingo Alemán ha sido determinante para convertir a a la etiqueta Ruin en un referente de la producción insular de las dos últimas décadas. Entre el rock primigenio que saludaba la primera referencia, el álbum de debut de Soviet Love, al último trabajo licenciado este año, Sunday German Flowers #3, aflora un amplio universo de artistas de distinto signo y actitud. Y es a la vez un interensante muestrario de cómo han evolucionado las formas musicales en las Islas: el tránsito del analógico al digital, la efervescencia electrónica, el hip hop y músicas fronterizas que escapan a las catalogaciones más usuales.

"Ruin Records hizo honor a su nombre y siempre fue deficitario, y mientras funcionó el sello me permitía mantener esta historia romántica hasta que llegó 2015, y al quedarme sin trabajo, desgraciadamente tuvo que desaparecer". La reflexión de Domingo Alemán no tiene carga nostálgica alguna. Al contrario. El cierre de Ruin Records se produce porque su mentor, razones económicas aparte, tiene muy claro que se ha cumplido una etapa con un balance que jamás había soñado cuando armó el estudio en el nº 64 de Don Pio Coronado, en la capital grancanaria. "Los sellos discográficos tienden a desaparecer, y hoy en día lo importante en este negocio es internet y las distribuidoras, y en los músicos se ha impuesto el principio de hazlo tú mismo", subraya Alemán, el mismo código que igualmente hizo que se armara el sello que ahora firma un noble epitafio en su 20º aniversario.

Recuerda Domingo Alemán que "Ruin Records lo creamos Yuli (su pareja y bajista) y yo para editar el primer disco de Soviet Love". Esa estrategia de supervivencia musical, cimiento de la industria independiente en la isla redonda en la segunda mitad de las década de los 90, creció en artistas y catálogo como setas en un día de generosa lluvia. Al rol de aglutinador de la escena underground se sumó el que proyectos diametralmente opuestos al signo que defendía Ruin Records quisieran formar parte de la familia.

Primeros pasos

En esos primeros pasos con los discos de Soviet Love y Hermanitas, la banda de los hermanos Alejandro y Carlos Ramos, "llegó la oportunidad de editar otros trabajos" como el debut de Enac Ska con Incultura. el también estreno de Enac Ska, en 1996. "Eran músicos del sureste y no era el estilo de música que hacíamos y que se había previsto para el sello", subraya Alemán. En la práctica fue un acierto el fichaje e hizo que el sello abriera la carta de estilos y obviando sus principios.

En 1996 Ruin Records posicionaba de nuevo a Soviet Love con el segundo disco White African Punk y dos Ep's en vinilo, y llegaron los lanzamientos de Sin Radio, Inadaptados, King Trash Fandango. La banda madre, Soviet Love firmaba dos nuevas referencias, las dos últimas en asocación con el sello Subterfuge, Dance y Pregnant, que suponían cierre de ciclo, a la vez que Alemán daba pista a su primer proyecto paralelo Ruin Man, cuya primera referencia Macaronesian Soul llegaba en 1998. Año también del largo de Sin Radio Poleovinilo, y Saliva con Coming Zoom, y el segundo y último de Enac Ska Todo me pasa a mi.

El cambio de siglo fue toda una revelación. "Una época en que la electrónica impregnaba todo", según Alemán. La cultura de clubes presidida por el minimal tecno se propagaba de la mano del Colectivo Mascero, del que Alemán formaba parte. De ese embate tecnológico quedaban retratados dos proyectos tinerfeños anclados en el colectivo Drone que a día de hoy ya caminan solos y son notables referentes de la electrónica mestiza y del rock experimental: Postman y GAF, con Do it with soul y Atractores Extraños. Domingo Alemán semultiplicaba en los alter ego de Estarky y Dom, abrazando según sus palabras "el tecno ignorante" y el downtempo.

En catálogo quedan las referencias de los proyectos citados anteriormente, y los generosos recopilatorios Extraños en el paraiso, de los que se editaron tres entregas en 2002, 2006 y 2010. No se editaron más porque la escena ha cambiado y las necesidades eran otras. "No me quiero atribuir el mérito de nada, pero hablamos de artistas que no tenían visibilidad alguna. En aquellos discos había artistas que no conocía nadie y decidí hacer estos discos porque había que cambiar las cosas de alguna manera", razona Alemán. Ahora sellos como El Hombre Bala y Los 80 Pasan Factura y la propia autoedición que vuelve a imoponerse, asumen el rol que mantuvo activo a Ruin Records.

El hip hop mutó igualmente el carácter del sello, con proyectos del calibre de Alma Sin Dueño, "una música diferente" que al igual que la electrónica trastocó el ritmo de Ruin Records. Illmatic, Carmelo Rap, y la colisión de Dom con ASD para conformar Ruin Boys, se sucedían mientras Domingo Alemán seguía cosiendo canciones para Ruin Man, ya como banda tal como revelan los discos Moderno Obrero (2010), Beyond Panzaburro (2012) o Paraíso (2014). "Ruin Man se convirtió en banda" fruto de la dinámica de grabación y directo. Y Alemán que se considera "una persona obsesiva con la música, una enfermedad incurable", vuelca ahora toda su energía en otro proyecto, Sunday German Flowers, una "experimentación doméstica" que le aporta la gimnasia diaria. "Ahora compongo en la cocina", bromea.

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