Un joven grancanario de 25 años que reside en Madrid tras acabar sus estudios de Comunicación este verano recibió el sábado una paliza en la calle Galileo de Madrid por tres personas de entre 24 y 28 años, tras ser increpado al grito de "Mira el maricón". J. Y. A. recibió patadas en el pecho, espalda y brazo, que le causaron erosiones en el abdomen y el antebrazo, además de sufrir dolores en el esternón, entre otras contusiones. La aparición de una persona y los gritos de una chica evitaron que la situación fuera a mayores. "Recuerdo la cara de odio de uno de ellos", afirma.

Había recibido improperios en ocasiones anteriores, pero nunca hasta el sábado había sufrido un ataque físico homófobo. El afectado señalaba ayer que los hechos se iniciaron sobre las siete de la mañana en la esquina de las calles Cea Bermúdez y Galileo, cuando ya se encontraba solo tras haberle dejado muy cerca de su casa el coche de las personas con las que había salido de marcha esa noche. Sin motivo alguno, señala, un grupo de personas comenzó a insultarle y a mofarse de él mientras se dirigía a su vivienda, situada cerca de Moncloa y la ciudad universitaria.

J. Y. A., que continúa con su formación en Madrid mientras busca trabajo tras concluir el curso pasado sus estudios de Comunicación, fue increpado al grito de "maricón", por lo que no pudo resistirse y les respondió: "Sí, felicidades, quieres que te dé una bola de adivino", asegura que respondió porque, señala, "nunca he escondido mis preferencias sexuales". En ese momento escuchó "A por él". Y se inició una persecución que llegó hasta el portal de su casa, donde fue rodeado por esas tres personas. Allí se ensañaron con él, tal y como consta en la denuncia presentada en la Policía Nacional.

"Todo duró unos diez minutos", aunque son momentos que se hacen eternos, reconocía este grancanario de 25 años. Recibió patadas en el pecho, costado y espalda por estas personas de nacionalidad española, y cuyas edades estima que oscilaban entre los 24 y 28 años, uno de los cuales llevaba un gran abrigo negro hasta las rodillas.

El parte médico habla de la inflamación del codo derecho que le dificulta la movilidad y distintas abrasiones, que le han dejado moretones y dolores por el cuerpo. Precisamente, una patada en el pecho le había dejado bloqueado, cayendo al suelo, donde siguieron agrediéndole. Pero sobre, todo, recuerda la cara de odio sin motivos que expresaba el más agresivo de todos ellos, y que tenía una fuerte complexión.

El afectado valora especialmente la ayuda que recibió de otro chico, que al ver la agresión se interpuso y evitó que continuaran los golpes, llevándose incluso alguno de ellos, así como de una chica, que pidió a sus amigos que le dejaran.

La Policía Nacional trata de averiguar si las cámaras de seguridad de locales próximos grabaron la acción para localizar a los autores.

El joven ha recibido el apoyo del colectivo madrileño contra la homofobia Arcópoli.