Una matrona del Hospital Materno Infantil se ha convertido en una de las primeras trabajadoras españolas en lograr una incapacidad permanente por el síndrome burn-out o del trabajador quemado, que hace referencia a aquellas personas que viven una situación de estrés continuado en el trabajo que les desmotiva e incapacita laboral y socialmente.
La sentencia del Juzgado de lo Social número 10 de Las Palmas de Gran Canaria, que no ha sido recurrida, señala que la profesional, que comenzó en el Servicio Canario de la Salud en 2001, está incapacitada para desempeñar su trabajo debido a "un desgaste mantenido en el tiempo que había ido minando sus mecanismos personales de defensa, con repercusión en áreas añadidas de su vida, fuera de lo estrictamente laboral".
La matrona Fany Barreto, de 39 años, denuncia que su salud se fue deteriorando a raíz de las "represalias" y "hostilidades" por parte de la administración pública, tras denunciar las supuestas irregularidades que se cometían en los paritorios del Hospital Materno Infantil.
Asegura que nunca persiguió conseguir la incapacidad permanente y la pensión del 55% de su sueldo que ahora tendrá que abonarle el Instituto Nacional de la Seguridad Social. Solicitó otras alternativas para solucionar su situación, como la adaptación de su puesto de trabajo, pero le fueron denegadas.
"Existían mecanismos para solucionar mi problema, pero la administración decidió no hacer nada", critica Barreto. A partir de ahora, seguirá defendiendo los derechos de los trabajadores públicos a través de la asociación La Casa del Funcionario, fundada junto a otros compañeros del ámbito sanitario. Además, estudia Derecho en la UNED para asesorar a los profesionales que tengan problemas con la administración.
