La noche de San Valentín se iluminó en el cielo canario como si de una flecha del mismísimo Cupido se tratara. La causa, no obstante, fue algo menos mitológico y más científico: un bólido atravesó el firmamento para desaparecer en medio del Atlántico. La imagen fue captada por las cámaras instaladas por la Universidad de Bratislava en los dos observatorios del Archipiélago. El investigador del Instituto de Astrofísica de Canarias Miquel Serra-Ricart explica que en realidad se trata de un fenómeno relativamente frecuente puesto que "lo normal es captar uno de estos bólidos cada dos o tres semanas y de hecho se calcula que cada noche caen entre 20 y 30 estrellas fugaces", que es como se les conoce popularmente. La particularidad del que cruzó el cielo isleño en la noche del domingo es que lo hizo a un velocidad lenta. En concreto, los astrofísicos calculan que el bólido cruzó el firmamento hasta su destino en el mar a unos 15 kilómetros por segundo "frente a los 50 o 60 kilómetros por segundo que se suelen registrar por ejemplo en lluvias de estrellas como las Perseidas".