La generosidad de 87 donantes fallecidos y de sus familiares propició la realización de 163 trasplantes de órganos durante el año pasado en los centros públicos canarios. En concreto, se llevaron a cabo 123 intervenciones de riñón, siete de páncreas y 33 de hígado, a las que hay que sumar los de trasplante de tejido.

"Cada vez hay más conciencia sobre la importancia de la donación, pero siempre hay negativas entre los familiares y es una decisión libre que, por supuesto, hay que respetar. El objetivo es disminuir las negativas familiares hasta cero, y este tipo de jornadas sirve para formar a los profesionales para ello", comentó ayer Vicente Peña, coordinador autonómico de trasplantes en Canarias.

Peña señaló que durante el pasado año se consiguió el récord histórico de donantes en España (39,6 donantes por millón de población) y Canarias superó los 41, pero aclaró que la solidaridad no se mide con este cálculo, ya que hay que tener en cuenta diversos factores, como el número de pacientes fallecidos (que varía entre las diferentes comunidades autónomas) y que éstos cumplan la serie de requisitos exigidos.

Peña explicó que es más preciso valorar la solidaridad en base a la tasa de negativas familiares que en Canarias es casi siempre menor que la media nacional. La media de la tasa de negativa familiar el pasado año fue sobre el 15 y en Canarias fue del 13.

Por su parte, Roberto Moreno, director del Servicio Canario de la Salud (SCS), agradeció ayer "a todas las familias de pacientes fallecidos que en un momento doloroso decidieron donar los órganos de sus seres queridos recientemente fallecidos para paliar el sufrimiento de otros pacientes". Moreno añadió que "sin ese gesto altruista no estaríamos donde estamos y este detalle habla muy bien de todos nosotros como sociedad, más allá de cualquier avance médico".