La Junta de Castilla y León aprobó ayer un decreto ley que prohíbe la muerte de reses de lidia en presencia de público en los espectáculos taurinos populares y tradicionales, poniendo fin así a cinco siglos de una tradición en el torneo del Toro de la Vega, que cada vez era más criticado.

Se prohíbe la muerte del toro, pero no los festejos. Entre 1966 y 1969 el régimen franquista también prohibió la muerte del animal, lo que motivó las quejas de los vecinos.