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La vida en pequeñas manos

El Hospital Insular enseña a los escolares a hacer una reanimación cardiopulmonar con el fin de disminuir las muertes por paro cardiaco

Para Aimar Vega Macías, de 9 años, el curso de Reanimación Cardiopulmonar que le dieron ayer en el Hospital Universitario Insular de Gran Canaria es perfecto para que, "cuando se te va a desmayar alguien, puedas salvarle la vida". Él se ve capaz de hacerlo "porque cuando se me murió mi bisabuelo tenía mucha pena" e incluso le hace ilusión estar preparado por si alguien lo necesita. No obstante, no las tiene todas consigo, si bien la reanimación en sí no le parece complicada "porque pones la mano en el centro del pecho, haces 30 pulsaciones y si te cansas se lo pasas a otro compañero", lo complicado es llamar al 112 al mismo tiempo, "supongo que eso lo tendrá que hacer otro que tenga teléfono".

Aimar y el resto de compañeros de 4º de Primaria del CEIP Giner de los Ríos de la capital grancanaria, 50 en total, no perdieron detalle del curso, teórico y práctico, de reanimación cardiopulmonar impartido ayer por los especialistas del Servicio de Urgencias y del Servicio de Rehabilitación, que integran el Comité de Resucitación Cardíaca del Complejo Hospitalario Insular Materno Infantil. Comenzaron a eso de las 10.00 horas en el salón de actos del Insular con una charla sobre la importancia de la RCP y las principales claves a tener en cuenta para atender a una persona que sufra un paro cardíaco; y media hora más tarde pasaron a la acción en el gimnasio del Servicio de Rehabilitación, donde aprendieron los tres pasos básicos: valorar al paciente, activar al Servicio de Emergencias 112 e iniciar las técnicas del masaje cardíaco.

Esta iniciativa, dirigida por Francisco Socorro, jefe de la Sección de Urgencias del Hospital Insular y presidente del Comité de Resucitación, se enmarca dentro de los objetivos del Día Europeo de Concienciación ante el Paro Cardíaco 2016, celebrado el pasado 16 de octubre bajo el lema Los niños salvan vidas.

"La Comisión Europea quiere ampliar esta formación en reanimación cardiopulmonar a los colegios, porque si formas a los niños, ellos van a ser difusores para su familia y amigos y así tendrán una formación muy arraigada en el futuro", indicó Socorro.

El especialista en Urgencias, apuntó como ejemplo el caso de Dinamarca, donde llevan diez años formando a niños en los colegios, "y han conseguido triplicar e incluso cuatriplicar el año pasado, la supervivencia de los pacientes que sufren parada cardiaca".

El Comité de Resucitación del Insular se ha sumado a esta iniciativa porque consideran vital la formación de adultos y niños para atender las paradas cardiacas fuera del ámbito hospitalario, donde ocurren en su mayoría. "Para eso necesitamos gente formada en cuatro cosas básicas, porque las ambulancias por muy rápidas que sean y estén en el mejor sitio posible, tardan 12, 15 o 20 minutos, y tenemos sólo cuatro para salvar una vida", subrayó.

Los especialistas del Insular ya tienen experiencia con los niños en los colegios, donde alguna vez han acudido, de forma voluntaria, a dar pequeños talleres de RCP, aunque este año es la primera vez que, de forma oficial, se invita a los centros educativos al hospital, aprovechando que el Consejo Europeo ha hecho una directiva para que se incluya dentro del curriculum académico. "A ver si a partir de ahora lo extendemos a todos los colegios y que forme parte de su programa académico".

Socorro señaló que la técnica de RCP que se enseña es muy sencilla y fácil de aprender, ya que se ha simplificado en los últimos años. "Antes se complicaba mucho la reanimación porque no teníamos experiencia. Básicamente ahora enseñamos a valorar que el paciente está inconsciente y no responde, llamar al 112 y luego hacer reanimación sólo con las manos, hemos quitado el boca a boca y lo de la respiración que complicaba mucho la reanimación y retraía a la gente de hacerlo".

El especialista explicó que desde hace tres años se sabe que cuando una persona tiene un paro cardíaco es por un problema circulatorio, y no necesita oxígeno en ese momento, sino mover el oxígeno que ya tiene en el cuerpo. "Con compresiones, de manera precoz, se consigue movilizar ese oxígeno y así se gana tiempo hasta que llegue la ambulancia. Así que la novedad es hacer la RCP sólo con las manos, y formar a los niños es fantásticos, llevo tres años trabajando con ellos y lo absorben todo rápido y muy bien", explicó.

Algo que confirmó la alumna Lola Melián Hernández, de 9 años, que se ve muy capaz de socorrer a alguien "en apuros" y ayudarle a que viva. "Me han enseñado como se hace la reanimación paso a paso y lo he pillado bien, y aunque soy pequeña puedo salvar vidas porque me ensañaron a hacerlo". Además, anima a todos los niños a que se sumen a esta iniciativa y "que no tengan miedo a aprenderlo, es fácil". Ella por lo pronto se lo va a enseñar a su hermano y a sus padres.

Mirella Almeida Cuba, de 8 años, también se aprendió muy bien la lección. "La RCP es cuando una persona se desmaya tú tienes que mirar a ver si respira y si no lo hace tienes que llamar al 112 y mientras, tienes que ir apretando en el pecho". Esta alumna de Primaria se ve muy capaz porque "soy muy fuerte" y también confirmó su intención de enseñárselo, "nada más llegar a casa" a su hermano y a su padre.

Su compañero Javier Noda, de 9 años, sin embargo, no comparte ese optimismo, después de intentar hacerle la reanimación a un "muñeco muy cachas" que requiere de mucha fuerza, aunque el confía en que las personas a las que le tenga que hacer la reanimación "no tengan tan duro el pecho como el muñeco".

A Daniela Perdomo, también de 9 años, lo que más ilusión le ha hecho de todo es que "niños tan pequeños como nosotros pueden salvarle la vida a gente grande porque en realidad si aprendes lo puedes hacer". Para ella lo más complicado de la técnica de reanimación cardiopulmonar es tomar el pulso, pero lo demás "está chupado" y si se encontrara con alguna persona que lo necesite, no va a dudar en ayudar. "Algunos amigos dirán que les da miedo, pero a mi no, ¿cómo voy a tener miedo de salvar a una persona?", enfatizó transmitiendo la seguridad de estar en buenas manos, aunque sean pequeñas.

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