La cumbre de Naciones Unidas sobre el cambio climático (COP22) comenzó ayer en Marrakech con un llamamiento a una mayor justicia climática y un especial hincapié en el continente africano, muy vulnerable a los efectos del calentamiento global. Para la ministra francesa de Medio Ambiente y presidenta saliente de la anterior cumbre climática de París, Ségolène Royal, esta cumbre constituye una oportunidad para inventar el mundo de mañana y concretamente para conseguir una "justicia climática". "Los países más ricos viven como si hubiera habido tres planetas, pero los países pobres lo hacen como si ya no hubiera más", lamentó Royal, quien insistió en que el mayor reto de esta cumbre de Marrakech es el continente africano.

"Pido justicia climática para África (...). El cambio climático en este continente es el más cruel y el más injusto", aseveró Royal quien dijo que había sometido a la ONU durante su mandato tres informes: uno sobre la iniciativa africana en energías renovables, otro sobre mujeres y clima y un tercero sobre seguridad y clima. De los cincuenta países más afectados en el mundo por el calentamiento global, 36 son africanos, recordó Royal. La responsable francesa se congratuló de los cien países que ratificaron el Acuerdo de París, adoptado solo hace once meses, y llamó a los 93 países que quedan por hacerlo a depositar sus instrumentos de ratificación antes de finales de 2016.

El Acuerdo de París tiene como fin principal bajar el calentamiento global de la atmósfera muy por debajo de dos grados centígrados antes de finales de este siglo. Los expertos han alertado de que sería necesario bajarlo a menos de dos grados para evitar males ambientales mayores.

Tras dar por inaugurada la cumbre, Royal pasó el relevo al nuevo presidente de la 22 Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático, el marroquí Salahedin Mezuar, ministro marroquí de Asuntos Exteriores en funciones.

Acto seguido, Royal regaló a Mezuar una réplica en miniatura del planeta en el que está dibujada una sonrisa en medio de los aplausos de la audiencia que iluminaron pequeñas lámparas en forma de una flor de Etiopía, como símbolo de homenaje al continente negro. En su intervención, Mezuar subrayó que la cumbre quiere dar relevancia a los países más vulnerables al cambio climático y prometió que este foro demostrará que existen modelos innovadores de desarrollo sostenible capaces de empujar las economías de los países del sur.

"Si París dio al mundo un pacto que compromete a los gobiernos, Marrakech es una nueva sesión que pondrá a todas las partes a trabajar", sostuvo Mezuar, quien se comprometió a reforzar un "diálogo abierto y transparente" con todos a favor del clima.

Los intervinientes en la sesión inaugural subrayaron que esta cumbre de Marrakech se dedicará a establecer una hoja de ruta para los 100.000 millones de dólares (89.736 millones de euros) prometidos por los países ricos en apoyo de iniciativas de desarrollo sostenible en los países pobres. En paralelo a la financiación, la cumbre debe explorar los mejores mecanismos de transferencia de tecnología y el refuerzo de capacidades, siempre del mundo desarrollado a los países en vías de desarrollo.

En la ceremonia de apertura de ayer participó la secretaria ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, Patricia Espinosa; el alcalde de Marrakech, Mohamed Larbi Belqaid, altos responsables del cambio climático de Naciones Unidas y los jefes negociadores de las delegaciones que representan los diferentes países participantes en la cumbre.

Marrakech, que ya celebró una cumbre climática de la ONU en 2001, se ha preparado concienzudamente para la COP22, que durará dos semanas en medio de drásticas medidas de seguridad.

Demandas ecologistas

En el arranque de la cumbre de Marrakech, Greenpeace ha pedido al Gobierno español que ratifique de manera urgente el Acuerdo de París y ha señalado que, mientras comienza el trabajo en el encuentro detengan cualquier proyecto relacionado con los combustibles fósiles. La asociación ecologista ha explicado que en Marrakech los gobiernos de todo el mundo continuarán con las negociaciones climáticas internacionales que, hace ahora casi un año, dieron lugar a la firma del Acuerdo de París. Precisamente se han referido a esta cumbre para destacar la rapidez con la que se llegó a un acuerdo, una actitud que, esperan, se convierta en norma.

"Hemos visto el acuerdo de París entrar en vigor con metas ambiciosas y una velocidad récord, ahora tenemos que ver cómo las acciones rompen con nuevos récords cada año. Seremos la generación que termine con los combustibles fósiles", ha declarado la responsable de la campaña de cambio climático, Tatiana Nuño.

Desde la organización han señalado que, si los actuales compromisos nacionales de reducción de las emisiones fueran implementados en su totalidad, el mundo vería un aumento medio de la temperatura global que es el doble del nivel acordado en París. Por ello, Greenpeace insta a los gobiernos a que se aseguren de que en 2018, cuando los países se reúnan para evaluar la idoneidad de sus acciones, estarán preparados y listos para asumir objetivos nuevos o revisados mucho más ambiciosos.

A su juicio, los próximos años "son cruciales" para cerrar la brecha entre los objetivos globales y la insuficiencia de las contribuciones nacionales. Para Greenpeace, la reducción de las emisiones en los próximos 5-10 años "tendrá que ser mucho más audaz de lo previsto y esto incluye a España" que, según ha recordado, "debe ratificar París de forma urgente y aumentar la ambición de reducción de emisiones y desbloquear el desarrollo y la participación social en la instalación de energías renovables".

Según Greenpeace, en la COP22 los gobiernos deben concentrarse en desarrollar un plan de trabajo de dos años para una reglamentación fuerte, una reducción más rápida de las emisiones y un mayor apoyo para los países pobres y vulnerables.

Desde otro frente, la organización SEO/BirdLife ha reclamado a España un "mayor compromiso" y señales "inequívocas" como una Ley de Cambio Climático ambiciosa y una reforma energética de gran alcance y a nivel mundial insta a que la XXII Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Cambio Climático sea la cumbre de la "acción" y de la aceleración de medidas de descarbonización y la financiación.

La ONG acude a la COP22 como miembro activo de CAN-Europe y reclama a los participantes y a España que esta sea la Cumbre "de la acción climática" porque en su opinión es "momento de pisar el acelerador de la descarbonización con medidas más ambiciosas".

En este escenario, SEO/BirdLife defenderá en Marruecos que se concreten los compromisos y que éstos sean más ambiciosos en cuanto a descarbonización de la economía mundial de aquí a 2020 y la financiación para los países más pobres y vulnerables al cambio climático.

Tejerina promete una Ley

En este contexto, la ministra de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, aseguró ayer que su prioridad al frente del cargo será la lucha contra el cambio climático y el desarrollo de una ley que la articule. "Mi intención es impulsar lo antes posible una ley de cambio climático y trabajaré con todo el mundo para tener la mejor ley posible", ha asegurado García Tejerina, quien ha subrayado que el desarrollo de los mecanismos para que España avance hacia una economía baja en carbono será prioridad en su mandato.

En esa línea, la ministra ha avanzado que, en cuanto acabe el Consejo de Ministros de Pesca de la UE, al que acude este domingo, 13 de noviembre, se desplazará directamente a Marrakech para participar en el tramo ministerial de la cumbre del clima.

Además, en materia medioambiental, la ministra Isabel García Tejerina también se ha comprometido a alcanzar un pacto nacional del agua, a avanzar hacia la economía circular para hacer más eficiente el uso de los recursos mediante la reutilización y el reciclaje, entre otros asuntos.