Justo al lado del Instituto de Educación Secundaria (IES) La Vega de San José, en la capital grancanaria, se levanta una diminuta chabola. "La filosofía me enseña a pensar, porque hay muchas visiones sobre la realidad, me ayuda a reflexionar sobre las injusticias en el mundo y, de alguna manera, a poder defenderme", resume Ylenia Quintana, alumna de último curso de bachillerato de ciencias sociales en el centro de enseñanza de un barrio golpeado por las dificultades económicas hasta la exclusión social.
El reciente conflicto por la ponderación de Historia de la Filosofía en la nueva Evaluación de Bachillerato para Acceso a la Universidad (Ebau), otrora PAU, selectividad o reválida, para Ylenia Quintana y sus compañeros de aula reabrió las heridas provocadas en los profesores y alumnos de la disciplina por la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce), un texto aprobado en 2013 durante el mandato de José Ignacio Wert como ministro del área. Tras las quejas expresadas durante las últimas por docentes y estudiantes, las dos universidades públicas de Canarias acordaron el viernes aumentar la ponderación de la asignatura del 0,1 al 0,2, nivel máximo ya asignado a la misma materia para los bachilleres de humanidades y a otras troncales de opción.
"Rectificar es de sabios", agradece la alumna del IES La Vega de San José, en el entorno de los 18 años, que todavía no tiene claro si estudiará Turismo, por la nota y por la beca. Con sus dos padres de baja laboral, su compañera del itinerario de humanidades Elena López también aguarda por una ayuda económica para cursar Derecho y, aunque zafa de la polémica filosófica al elegir Historia del Arte "por novedad" en septiembre, critica los vaivenes políticos en la educación pública: "Me parece muy mal que tengamos que cargar con los problemas que ha generado la inestabilidad de un Gobierno que no sabe qué hacer".
Norma causante de tres huelgas generales educativas desde 2012, la Lomce eliminó las facultades de filosofía de los campus universitarios y redujo las asignaturas del pensamiento en los institutos de secundaria. "Claro que es útil, pero al sistema educativo no le conviene que pensemos, nos tienen como cobayas, como ratones de laboratorio y nos meten otras asignaturas para que aprobemos con la memoria", añade Yumara Fleitas, parte de la veintena de alumnos de Historia de la Filosofía en el IES del paseo de San José.
"Esfuerzo y valor admirable"
Su profesor de la asignatura, Óscar Vizcaíno, recuerda que el 80% de los compañeros de Yumara, Elena o Ylenia en la educación secundaria obligatoria no continuaron con el bachillerato, "incluso un porcentaje importante ni terminaron".
Por ello, Vizcaíno califica a sus alumnos como "los elegidos, la crema de la crema del polígono y la zona de San José, de los 38.000 habitantes del distrito Cono Sur, porque es el único instituto de bachillerato que hay en el área; su esfuerzo y valor es admirable". Según el docente, "no es Ciudad Jardín, desgraciadamente, hay una gran diferencia con otros centros más burgueses, porque no hay cobertura familiar, es un auténtico problema y todos los años observo a alumnos míos, con una ilusión enorme, contentísimos, que consiguen entrar en una carrera y al curso siguiente abandonan por la perdida de la beca, por la familia...".
Así teme, por ejemplo, con Luis Perera, que aspira a enfermería por la cercanía de escuela, de nuevo, a la espera de calificación y ayuda. "Estaba un poco asustado, algunos familiares decían que la filosofía era muy complicada, no servía para nada o solo para comerse el coco, pero no es así porque entré con una idea de cómo veía las cosas y salí con otra totalmente distinta; por ejemplo, estudiar de memoria para sacar buenas notas era primordial para mí en la ESO, demasiada presión, pero ahora sé que debes equiparar otras cosas también importantes, como tener una vida social sana y establecer un orden prioritario", argumenta el estudiante.
También influyó la asignatura de Filosofía del curso anterior a otros alumnos de ciencias de la salud, como Beatriz Pérez, que se decanta por odontología en una universidad privada, aunque las becas guardadas "de primero y segundo, solo dan para la matrícula o el primer año de carrera, como mucho. Entré pensando que era preguntarse el por qué de todo y después me di cuenta que esa cuestión responde a todo lo que estás buscando, aunque cuanto más sabes, en realidad, menos sabes", sentencia con una frase socrática, poso de las enseñanzas filosóficas de docentes como Óscar Izquierdo.
De la cartera del profesor surge un libro. De filosofía, obvio. "Tus verdaderos educadores y formadores te revelan lo que es el genuino sentido originario y la materia básica de tu ser, algo en absoluto susceptible de ser educado ni formado, pero, en cualquier caso, difícilmente accesible, apretado, paralizado: tus educadores no pueden ser otra cosa que tus liberadores". Friedrich Nietzsche, Schopenhauer como educador, 1874.
