Elevar el nivel de protección del angelote en las zonas turísticas de Canarias, especialmente en las playas, áreas de reproducción y cría de esta especie en peligro crítico de extinción, es el objetivo del proyecto Acusquat: Seguimiento acústico del comportamiento del angelote (Squatina squatina) en áreas críticas de conservación, presentado ayer en la Universidad de Las Palmas por el vicerrector de Investigación, Innovación y Transferencia José Pablo Suárez, el investigador principal del proyecto y miembro del Instituto EcoAqua José Juan Castro, y el investigador del Servicio Integral de Tecnología Marina (Sitma) Diego Gamo.

El estudio, financiado con 50.700 euros por la ULPGC y la Fundación Biodiversidad del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, comenzará a mediados de abril, aproximadamente, en las playas de Pasito Blanco, Anfi del Mar, Amadores y Mogán. Dicha fecha es la prevista por los investigadores para comenzar a marcar a diez ejemplares con sensores acústicos para estudiar su comportamiento en las zonas de reproducción y cría que confluyen con dichas zonas costeras. Los resultados de este seguimiento redundará en un plan de gestión que favorezca la convivencia de estos tiburones de fondo arenoso, "inofensivos y tranquilos", con la actividad turística, "de forma que no implique la pérdida de esta especie, ni daños para los turistas o bañistas", apuntó Castro.

Un reto importante teniendo en cuenta que el Archipiélago es el último lugar de distribución de esta especie. "Canarias el único lugar del mundo con una población viable de angelotes con un nivel de reproducción óptimo. En el resto ha desaparecido prácticamente por la sobrepesca, y aquí tenemos áreas de mucho interés que coinciden con zonas de alto atractivo turístico, sobre todo en las playas, que son las áreas de reproducción y cría donde los pequeños angelotes van desarrollándose hasta alcanzar la talla suficiente para abandonar estas zonas resguardadas de la costa e ir a la de los adultos", apuntó el investigador principal.

José Juan Castro citó como áreas de mayor concentración de estas especies las playas de Las Teresitas en Tenerife, así como las de Mogán o Puerto Rico, en Gran Canaria, cuya afluencia de visitantes hace necesario un plan de uso que haga compatible la supervivencia de estos animales con el turismo.

Una vez que se coloque los sensores a los 10 ejemplares, se estudiará su comportamiento espacio- temporal del arenal, para obtener datos sobre la época en la que se introducen en las playas, cuándo hay más abundancia de crías, en qué zonas de las playas el animal tiende a acumularse... "Para ello haremos un estudio acústico, que nos darán información de donde están en cada momento, en qué temperatura, a qué profundidad, y con eso hacer un plan de gestión de estas zonas para evitar interacciones negativas".

Los investigadores buscarán las marcas y los receptores acústicos más adecuados, para no interferir en el comportamiento de los animales, diseñarán una red de detección de señales acústicas de sus movimientos en áreas críticas, establecerán las áreas y periodos donde la posibilidad de interacción entre el angelote y los usuarios de las playas sea alta; y constituirán los criterios básicos para impulsar un plan de uso y gestión para las playas, de cara a intentar que las autoridades locales pongan en marcha y favorezcan procesos de gobernanza y de información para la participación social.

"Vamos a usar sensores acústicos muy pequeños, de apenas 100 gramos de peso para marcar al animal, manipulándolo lo menos posible. De hecho no los vamos a pescar, sino bajo el agua les ponemos una pequeña red, los mantenemos dos minutos, los marcamos y los liberamos, para que no tenga consecuencia en el comportamiento".

Junto a la instalación de sensores fijos en las zonas de reproducción y cría, también se hará un seguimiento de los animales, tanto en las playas como fuera de ellas, con vehículos submarinos no tripulados, concretamente un barco y un glider, del Instituto Iusiani (Sistemas Inteligentes y Aplicaciones Numéricas en la Ingeniería) de la ULPGC. Con este arsenal tecnológico, dispondrán de datos en tiempo real sobre la ubicación y desplazamiento de los ejemplares. Según las previsiones, a final de año tendrán datos suficientes para poner en marcha el plan de uso y gestión de estas zonas críticas de conservación de los angelotes, "para alcanzar un equilibrio entre el uso turístico de las playas de forma masiva y la conservación de esta especie".

Diego Gamo, destacó al respecto la colaboración entre los institutos universitarios de la ULPGC, señalando que la puesta en común de las líneas de investigación el apoyo en las nuevas tecnologías en este proyecto, permitirá el ahorro de costes y el éxito en los resultados.