Jeanette Ramírez, la joven boliviana que falleció camino del hospital después de haber sido golpeada por su novio en una habitación alquilada en un hotel de las Alcaravaneras, tenía la intención de viajar el próximo día 9 de enero a su país, con el objetivo de cuidar de sus padres, de avanzada edad, y concluir sus estudios universitarios.

Posiblemente esta fue la causa de la discusión que entabló la pareja y que, posteriormente, derivaría en agresión.

Según el relato de algunos de los clientes del establecimiento, en el que se alojaron por primera vez y sólo por una noche, en la habitación "se oyeron gritos y como si se rompieran cristales". Este episodio alertó no sólo a uno de los clientes del hotel, sino al propio recepcionista de noche, que dio aviso urgente a las fuerzas de seguridad.

Cuando las primeras patrullas de la Policía Nacional llegaron al lugar, tocaron a la puerta de la habitación y no recibieron respuesta. Ante esta circunstancia, y temiendo que peligrara la vida de alguna persona, decidieron abrir la puerta, encontrándose malherida a la mujer. El detenido, que fue interrogado ayer por agentes del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional, será conducido hoy ante el juez de guardia.

Allegados a Jeanette Ramírez Dasa, la joven boliviana de 24 años asesinada por su novio Jhasmani, de 28 años y natural de la localidad de Cochabamba (Bolivia), se mostraron sorprendidos por este caso de violencia de género, ya que, entre ellos, no parecía haber desavenencias.

Algunas personas que tuvieron la oportunidad de compartir las inquietudes de la muchacha indicaron que era "guapa, dulce y buena" y que la acción de un "novio celoso" rompió su sueño de volver "con un dinero ganado honestamente para terminar sus estudios y cuidar a sus padres ya muy mayores".

Sonia Mauricio, para la que trabajaba en la actualidad, resalta en un artículo de opinión publicado hoy en este periódico "que su belleza de espíritu y dulzura (refiriéndose a Jeanette) no se borrarán de todos los que tuvimos la suerte de conocerla".

Según indicaron algunas personas que conocían a Jeanette Ramírez, la joven llevaba en la isla dos años y dos meses, trabajaba como asistenta en una vivienda de la capital y tenía previsto regresar a Bolivia -donde había cursado estudios de Magisterio- el próximo viernes 9 de enero para cuidar de sus padres, debido al delicado estado de salud de éstos.

Quizás esta circunstancia fue la que precipitó los acontecimientos y llevó a Jhasmani a acabar con la vida de su novia, temeroso de que no volviese a verla nunca más.

Jeanette tenía cinco hermanos más, cuatro de los cuales también residen en Gran Canaria, en tanto que la mayor es la única que vive en Bolivia.

Jeanette Rodríguez había conocido a Jhasmani en la isla y ambos llevaban juntos unos siete meses. Él trabajaba como cuidador de un señor de avanzada edad y también arreglaba ordenadores en sus ratos libres.

Ayer tarde se celebró un funeral en memoria de la joven boliviana, en la iglesia de los Dolores, en el barrio de Schamann, donde se dieron cita unas 70 personas, la gran mayoría de nacionalidad boliviana, aunque la misa también fue en memoria de varios fallecidos más que cumplían el aniversario de su muerte.

La familia de Jeanette ya realiza las gestiones para trasladar el cadáver de la joven a su país para darle sepultura en cuanto la autoridad judicial lo permita. Los restos mortales seguían ayer en el Anatómico Forense.