La vieja reivindicación que desde hace 20 años vienen pidiendo las familias de presos canarios destinados a cárceles peninsulares para que sean trasladados a las Islas vivió ayer un día histórico. Un total de 72 internos que cumplían condena en prisiones del resto del país arribaron este martes al Centro Penitenciario Las Palmas II de Juan Grande, después de que un avión los trasladara desde Madrid a Gran Canaria.

Una guagua y varios furgones de la Guardia Civil preparados para el envío de presidiarios hizo su aparición en Juan Grande sobre la una de al tarde de ayer, custodiados por agentes de la Guardia Civil de Tráfico. Poco antes, el avión que les trasladó hasta la Isla había aterrizado en el aeropuerto de Gando en un vuelo procedente de Madrid.

En la capital de España, los internos habían sido concentrados en la cárcel de Alcalá Meco, adonde fueron llevados desde sus respectivos centros penitenciarios de toda la Península en donde se encontraban encarcelados cumpliendo sus penas.

Con estos nuevos 72 presidiarios, la nueva cárcel ya acoge a unas 200 personas después de que fuera inaugurada el 14 de julio. Entre ellos se hallan los primeros 30 presos, encargados de las labores de mantenimiento y que estrenaron las instalaciones, y unas ochenta mujeres que a mediados de mes llegaron al centro penitenciario, todos procedentes de Salto del Negro.

La previsión es que durante este año llegue a Juan Grande un total de 700 de los 1.200 presos que puede alojar en la prisión, según afirmó en la inauguración del centro la secretaria general de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo.

De esta manera, se comienza a poner fin al desarraigo de presos canarios en cárceles del resto del país, una petición que llevaban reivindicando las familias desde hace más de 20 años y que no se había producido por la masificación de Salto del Negro.